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Salud Natural

Diabetes: potencial papel del Ajo

Diabetes: potencial papel del Ajo





 El ajo (Allium sativum L.) puede ser un valioso agente en el control glucémico y la prevención de complicaciones en la diabetes a largo plazo1,2.

Dentro de los mecanismos subyacentes a la patogénesis de las complicaciones diabéticas, se sugiere uno, ocasionado durante la hiperglucemia, derivado de una reacción directa conocida como reacción de Maillard o pardeamiento no enzimático. Esta reacción constituye el origen de factores que pueden determinar las complicaciones a largo plazo de la diabetes: la glicosilación de las proteínas y la acumulación de los llamados productos finales de glicosilación avanzada (AGEPs). La reacción de Maillard se origina, por ejemplo, cuando se realiza un asado de carne, como consecuencia de la acción del calor sobre las proteínas y los azúcares. También es una reacción que está asociada al deterioro de los alimentos, la alteración del gusto y la pérdida de valor nutritivo.

La glicación de proteínas (también conocido como glicosilación no enzimática) es la primera parte de la reacción de Maillard y se produce cuando un grupo carbonilo del azúcar reacciona con un grupo de aminoácidos de la proteína para formar una base de Schiff lábil que posteriormente se reorganiza para dar los denominados productos de Amadori. La formación de la base de Schiff se produce durante un período de horas, mientras que los productos de Amadori se forman en días. Los productos de Amadori pueden sufrir autooxidación en presencia de metales de transición para generar radicales libres. Estos radicales libres pueden dañar las proteínas, lípidos y ácidos nucleicos contribuyendo al daño tisular en la diabetes.

El aumento de la glicación y la acumulación en los tejidos de AGPEs, puede alterar la conformación de la proteína, la modificación de su función mediante cambios en la actividad enzimática, la modificación de su vida media, la alteración de la inmunogenicidad y el entrecruzamiento de proteínas estructurales.

La glicosilación y la formación de AGPEs se acompañan también, de la formación de radicales libres a través de auto-oxidación, tanto de la glucosa como de las proteínas glicosiladas, por lo que existe un considerable interés en los compuestos anti-glicosilación, debido a su potencial terapéutico3. La glicosilación ocurre espontáneamente cada vez que las proteínas están expuestas a la reducción de azúcares y depende del grado y la duración de la hiperglucemia in vivo4. Muchas células poseen receptores para productos finales de glicosilación avanzada y la interacción de los AGEPs con sus receptores puede generar estrés oxidativo intracelular y la activación del factor nuclear kB (NF-kB). Este último puede estimular la generación de moléculas proinflamatorias y de adhesión, que a su vez aumentan la permeabilidad vascular, lo que subyace a la patología vascular del diabético.

La acumulación en los tejidos de AGEPs junto con un aumento del estrés oxidativo tiene un papel importante en la patogénesis de las complicaciones diabéticas.

Distintas líneas de investigación están reparando en las ventajas de utilizar productos naturales que cumplan esta doble acción: antiglicosilación y antioxidante, con especial interés en los pacientes diabéticos. Algunos de estos productos serían las hojas de té verde: Camellia sinensis (L.) Kuntze, la cáscara del fruto de algunas especies del género Garcinia, el grupo genérico de los flavonoides (entre los que destaca la rutina), o el ajo.

El ajo protege contra la aterosclerosis mediante la prevención de la hipertensión, la reducción del colesterol y triglicéridos séricos y por la inhibición de la agregación plaquetaria y la oxidación de las LDL. El ajo también aumenta la actividad de enzimas antioxidantes como la catalasa, superóxido dismutasa y glutatión peroxidasa. En modelos animales, el uso tanto de ajo crudo, como de extractos acuosos es eficaz para mejorar la sensibilidad a la insulina asociada al síndrome metabólico y el estrés oxidativo5,6.

El extracto de ajo añejado inhibe la formación de AGEPs in vitro, pudiendo proteger contra los efectos nocivos de la glicación y los radicales libres en la diabetes7. La obtención del extracto de ajo añejado se obtiene cortando los bulbos de ajo en finas capas y depositándolos en una solución etanólica al 15-20% a temperatura ambiente, durante 20 meses. Seguidamente hay una concentración del extracto, utilizando presiones y temperaturas reducidas.

Uno de los principales componentes de este extracto de ajo envejecido es la S-alil-cisteína (SAC), acompañada de S-alil-mercapto cisteína (SAMC), compuestos que han demostrado ser más estables que la alicina. La concentración de SAC en el extracto de ajo envejecido es en torno a 1.000 µg/g, mientras que en los bulbos de ajo crudo es de 20 µg/g8. El componente clave del ajo envejecido (SAC), es un potente antioxidante y puede inhibir la formación de AGEPs, por tanto se convertiría en un agente de protección de las complicaciones diabéticas, disminuyendo el estrés oxidativo.

La combinación de ajo (300 mg, tres veces al día), junto a uno de los fármacos de primera elección en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), como es la metformina (500 mg, dos veces al día), demostró una mejora tanto en el control glucémico, como en los desajustes lipídicos, mayor que con el uso del fármaco exclusivamente9.

Esta misma combinación, en este caso 1 g metformina, más 750 mg de Allium sativum/día, en el caso de pacientes obesos con DM2, originó una reducción significativa de la glucosa en ayunas y postpandrial en ambos grupos con mayor porcentaje en el grupo que asociaba metformina/A. sativum, ofreciendo también una reducción del colesterol total, triglicéridos, LDL y proteína C-reactiva, además de un aumento de HDL y adenosina desaminasa10.

En el caso particular del metabolismo lipídico, dosis de 600 mg /día de A. sativum disminuyen la probabilidad en 10 años de desarrollar complicaciones cardiovasculares en pacientes con ateroesclerosis; las dosis de 300 mg suelen ofrecer resultados significativas en el control lipídico, en pacientes sin ateroesclerosis11.

El extracto de ajo envejecido restaura la biodisponibilidad de óxido nítrico (NO), incluso en condiciones de elevación de la homocisteína12.

Las dosis efectivas para el control de la presión arterial sistólica de SAC van de 1,2-2,4 mg/día13,14. Esta dosis de 2,4 md/día de SAC, ha resultado ser efectiva para la mejora del control metabólico en pacientes con DM215.

En un ensayo aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo, el extracto de ajo añejado (250 mg), junto a vitamina B12 (100 mg), ácido fólico (300 mg), vitamina B6 (12,5 mg) y l-arginina (100 mg) diariamente por un 1 año, se asocia con una mejoría favorable en biomarcadores oxidativos, función vascular y menor progresión de la aterosclerosis.

 

Fuente: www.caspia.com

 

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