Salud Natural
Aceite de Pescado: Propiedades y Beneficios
Aceite de Pescado: Propiedades y Beneficios
El aceite de pescado se extrae de todo el cuerpo del pescado, porque es una fuente de ácidos grasos Omega 3.
Antes, se consumía el aceite de hígado de bacalao por su riqueza en vitaminas A y D, mientras que hoy en día el aceite se extrae de todo el cuerpo, fuente de ácidos grasos Omega 3.
Entre otras cosas, parece que éstos llevan a cabo una función crucial en numerosos de procesos del cuerpo humano. Es muy importante disponer de un aceite de pescado de muy buena calidad.
Ácidos grasos
Hay que exigir un aceite puro, que no esté contaminado, con una alta concentración en ácidos grasos Omega 3 y con una buena calidad organoléptica (olor, gusto). [1]
Por ello, son muy importantes la procedencia y el modo de preparación del aceite de pescado. Pero, ¿qué son exactamente los ácidos grasos Omega 3 y por qué son tan importantes?
Omega 3
Para comprender lo que son los ácidos grasos Omega 3, debemos retroceder a algunas nociones fundamentales de química orgánica. [2]
Los ácidos grasos contienen átomos de carbono (C), átomos de hidrógeno (H) y átomos de oxígeno (O) unidos formando una cadena de carbonos (CC-C-C-C-C etc.) que termina con un grupo carboxilo (COOH). El ácido graso más sencillo, que contiene 4 átomos de carbono, es el ácido butírico, responsable del característico olor de la mantequilla.
Los ácidos grasos varían de moléculas pequeñas (4 átomos de carbono) a moléculas grandes (más de 15 átomos de carbono). Cada átomo de carbono tiene cuatro puntos de enlace que pueden utilizar para unirse a cuatro átomos distintos.
Asimismo, un átomo de carbono puede optar por unirse a otro átomo que contenga dos puntos de enlace, en cuyo caso se habla de un enlace doble. Si un ácido graso posee un doble enlace entre átomos de carbono (C=C) se habla de ácido graso monoinsaturado. Si hay varios enlaces dobles se habla de ácido graso poliinsaturado (por ejemplo, C-C=C-C-C=C-C=C). [3]
La presencia de un enlace doble en un ácido graso es una condición de partida para que el cuerpo pueda transformar o asimilar dicho ácido graso. Por lo tanto, las moléculas que contienen un doble enlace son importantes para el cuerpo.
La posición del primer doble enlace en el ácido graso se indica mediante el término «Omega» y una cifra, en donde omega índica la «cola» de la molécula, sabiendo que el otro extremo del ácido graso (la «cabeza» de la molécula) es el grupo carboxilo. [4]
Cuando se habla de ácido graso Omega 3, esto significa que el primer enlace doble se sitúa en el tercer átomo de carbono a partir de la cola, es decir, C-C-C=C-C-C-C-COOH. En el caso de un ácido graso Omega 6, el primer enlace doble se encuentra tras el sexto átomo de carbono a partir del extremo de la molécula.
¿Por qué son tan importantes estos ácidos grasos?
Ácidos grasos esenciales en el Aceite de Pescado
Los ácidos grasos se distribuyen en dos grupos: ácidos grasos esenciales y ácidos grasos no esenciales. El cuerpo no puede producir los ácidos grasos esenciales. Por lo tanto, deben obtenerse, en su totalidad, de la alimentación, mientras que los ácidos grasos no esenciales pueden ser producidos por el cuerpo. [5]
El cuerpo no puede fabricar los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6, por lo que forman parte de los ácidos grasos esenciales.
Igualmente, debemos señalar que los ácidos grasos pueden aparecer de dos maneras: en su forma «cis» y en la «trans». La forma cis es una estructura natural, mientras que la trans, a menudo, es la consecuencia de la intervención humana, por ejemplo, por las frituras o por la hidrogenación de los aceites. [6]
Las grasas trans tienen un efecto perturbador en el cuerpo: no son asimilables, son difíciles de biodegradar y, sobre todo, se considera que tienen relación con los niveles altos de colesterol LDL.
Además, bloquean la transformación de los ácidos grasos LA (ácido linoleíco) de los Omega 6 y ALA (ácido a-linoleico) de los Omega 3, respectivamente, en prostaglandinas «buenas» de las series 1 y 3. [7]
Esto disminuye considerablemente la influencia beneficiosa de las substancias mencionadas anteriormente (véase a continuación).
Por lo tanto, nuestra alimentación debe aportarnos los ácidos grasos esenciales de buena calidad necesarios para que los distintos procesos que tienen lugar en el cuerpo se lleven a cabo adecuadamente. [8]
Pero si es importante saber qué cantidad de cada ácido graso esencial consumimos, es fundamental conocer en qué relación los consumimos.
La falta de equilibrio entre los ácidos grasos Omega 3 y los ácidos grasos Omega 6 puede ocasionar el desarrollo de distintas afecciones como la aterosclerosis, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la depresión, el TDAH, etc. ¿Cómo es esto posible?
Función de los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6
En el cuerpo, los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6 se utilizan para producir unas hormonas concretas, las prostaglandinas. Son las moléculas de base de las prostaglandinas de las series 3 y 1, respectivamente.
Para empezar, estas dos series de prostaglandinas «buenas» son muy importantes como contrapeso a las otras prostaglandinas nefastas o «malas», las de la serie 2. [9]
Estas últimas, a menudo, llevan ventaja en numerosos procesos inflamatorios, en las alteraciones inmunitarias y en caso de que aumente el riesgo cardiovascular.
Además, el equilibrio entre las prostaglandinas de las series 1 y 3 y, por lo tanto, entre los ácidos grasos Omega 6 y Omega 3, es igualmente primordial. Un equilibrio ideal, estimado entre una relación 1:1 y una relación de 3 a 4:1, contribuye considerablemente a:
La salud del sistema cardiovascular: buena fluidez de la sangre, buena tensión y buen nivel de colesterol, ritmo cardíaco estable y disminución del riesgo de aterosclerosis.- al buen funcionamiento del sistema inmunitario: menor riesgo de desarrollar inflamaciones reumáticas, menos alergias (rinitis alérgica, asma) y mejor resistencia.’.
Al buen equilibrio mental: menor riesgo de depresión, de enfermedad de Aizhelmer, de hiperactividad, de dislexia o de dispraxia.
Una piel sana, menos seca, menos propensa al eccema o a la soriasislc
El equilibrio hormonal: menor riesgo de infertilidad, de síndrome premenstrual o de problemas durante la menopausia.
El equilibrio del metabolismo: menor riesgo de diabetes tipo II o de sobrepeso.
Desequilibrio entre los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6
Aunque nuestros antepasados crecieron gracias a una dieta en la que la relación de ácidos Omega 3 y Omega 6 era probablemente de 1:1, las costumbres alimentarias actuales a menudo inducen un desequilibrio de dicha relación. [10]
En Bélgica y en los Países Bajos, las cifras se sitúan posiblemente en algún punto entre 1:7 y 1:10.
En determinadas zonas de los Estados Unidos, este desequilibrio se aproxima incluso al 1:20. El principal motivo de dicho desequilibrio es que nuestra alimentación contiene cada vez más fuentes de ácidos grasos Omega 6, como los aceites de soja, de maíz o de girasol. [11]
Además, la calidad de dichos ácidos grasos a menudo es pobre (trans), debido a las frituras, a la hidrogenación y a las numerosas transformaciones de los alimentos.
Fuentes de ácidos Omega 3 y Omega 6
Por un lado, cada vez es menos frecuente encontrar en el menú las fuentes de ácidos grasos Omega 3 como el aceite de linaza, las nueces, las verduras y el pescado graso.
Este desequilibrio conlleva un desequilibrio en la producción de prostaglandinas de las series 1 y 3, lo cual ocasiona las alteraciones en los campos mencionados anteriormente: sistema cardiovascular, sistema inmunitario, sistema nervioso, sistema hormonal y piel. [12]
El ácido a-linoleico (ALA) es la principal fuente vegetal de ácidos grasos Omega 3. En el cuerpo, se puede transformar en ácido eícosapentanoico (EPA) y en ácido docosahexaenoico (DHA) para, tras ser nuevamente metabolizados, dar lugar a las tan importantes prostaglandinas de serie 3.
El EPA y el DHA son los ácidos grasos Omega 3 más beneficiosos y eficaces para el ser humano. De hecho, a medida que el cuerpo envejece, la transformación del ALA en EPA y en DHA se desarrolla con una eficacia cada vez menor.
Hay otras causas que también frenan dicha transformación (niveles altos de colesterol, elevadoconsumo de grasas trans, diabetes, sobrepeso, factores hereditarios).
Por suerte, el DHA y el EPA se encuentran presentes de forma natural en los pescados grasos y en los aceites de pescado de manera que, incluso al envejecer, la producción de prostaglandinas de serie 3 no supone un problema.
Por lo tanto, el consumo de pescado también puede constituir una norma importante en la lucha contra los problemas cardiovasculares, y como la mayoría de la gente prefiere tragar una pastilla antes que consumir con regularidad pescados grasos (que pueden estar contaminados), el siguiente capítulo aborda con más detalle el tema de! aceite de pescado.
Efectos beneficiosos del aceite de pescado.
Debido a su interés potencial para la salud, se ha estudiado con profundidad el aceite de pescado. En lo relativo a las enfermedades cardiovasculares, se ha podido llegar a la conclusión de que enriquecer la dieta con ácidos grasos Omega 3 disminuía no sólo la mortalidad sino también la mortalidad debida a un infarto. [13]
Además, parece que los ácidos grasos Omega 3 estabilizan el ritmo cardíaco y, por lo tanto, no sorprende que un estudio realizado en 11.324 pacientes haya llegado a la conclusión de que se debe considerar el empleo de ácidos grasos Omega 3 como un elemento de una amplia estrategia secundaria preventiva tras un Infarto.
Asimismo, los ácidos grasos Omega 3 presentan propiedades antiinflamatorias reales. Dado que algunas de ellas se manifiestan a nivel de las arterias, los ácidos grasos Omega 3 pueden ayudar a modular favorablemente el progreso de la arterosclerosis. También tienen efectos positivos contra las afecciones reumáticas o las inflamaciones a nivel de la piel (soriasis, eccema).
Los ácidos grasos esenciales también son esenciales estructural y funcionalmente en el cerebro ya que desempeñan una función en la composición de las membranas celulares, en la producción de prostaglandina y en la transmisión de los estímulos.
Por consiguiente, se puede establecer una relación entre su déficit y el desarrollo de afecciones mentales como la depresión, el trastorno por déficit de atención e híperactividad (TDAH) y la enfermedad de Aízheimer. [14]
Un aporte de ácidos grasos Omega 3 durante el embarazo puede ayudar a prevenir el nacimiento prematuro, favorece que el parto sea rápido y mantiene el buen desarrollo del cerebro y de los ojos de! bebé. En cuanto a la madre, habrá un riesgo menor de depresión postnatal.
Por otra parte, las autoridades europeas animan a sus subditos a completar diariamente su alimentación con pescados grasos y, especialmente, con aceite de pescado.
Calidad y concentración del Aceite de Pescado.
Para obtener un aceite de pescado que sea lo más puro posible, los pescados utilizados deben proceder de un mar limpio y encontrarse, preferiblemente, al principio de la cadena trófica.
Además, la pesca debe realizarse de manera que se garantice la supervivencia de una población sana de peces. El Aceite de Pescado BIONAL se obtiene a partir de anchoas y sardinas pescadas en el mar menos contaminado del mundo y bajo el control de las autoridades competentes.
Hay distintas maneras de obtener una concentración de ácidos grasos Omega 3 a partir del aceite de pescado. De hecho, los ácidos grasos están unidos a una molécula de glicerol. Cada molécula de glicerol puede enlazar tres ácidos grasos. A parte de los EPA y los DHA puede haber otros ácidos grasos.
Se puede separar cada ácido graso siguiendo un procedimiento químico, por ejemplo, con alcohol, y seleccionar únicamente los ácidos grasos Omega 3.
Una vez que ha desaparecido la molécula de glicerol, se obtienen altas concentraciones de ácidos grasos que pueden proporcionar el equilibrio deseado.
Éste es el procedimiento más barato pero, de hecho, los ácidos grasos Omega 3 cambian de estructura química (esteres etílicos), lo cual se nota en el sabor y en el olor de! producto. A veces lo observaremos al coger la cápsula pero, con más frecuencia, será después de tragarla, cuando el olor y el sabor se liberen en el estómago. [15]
Se puede disociar los ácidos grasos de la molécula de glicerol de manera natural mediante un procedimiento enzímático (sin OMG) y, a continuación, limpiarlos.
Entonces queda un aceite que contiene únicamente los ácidos grasos Omega 3 que estaban unidos a la molécula de glicerol. Este aceite tiene un olor ligero y un sabor neutro. [16]
De este modo, se puede alcanzar un porcentaje máximo de, aproximadamente, el 45% de ácidos grasos Omega 3. Además, se mantiene el equilibrio necesario entre ácidos grasos Omega 3.
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