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Un equipo binacional encontró una población de 68 ranitas de Darwin

 El trabajo colaborativo entre Argentina y Chile dio sus frutos y este mes termina con una excelente noticia para el ambiente: hallaron una población de 68 ranas de Darwin en el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales. Esta especie es única y característica de la zona, pero se encuentra en peligro de extinción, lo que supone un gran riesgo, por eso, este hallazgo renovó las esperanzas.

Tiempo atrás, un convenio de colaboración denominado Parques Conjuntos, entre el Parque Nacional Nahuel Huapi de Argentina y el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, de Chile, tuvo como objetivo trabajar con especies emblemáticas para la región, entre ellas, este anfibio cuyo nombre científico es Rhinoderma darwinii.

“Tenemos más de un millón de hectáreas entre los Parques de ambos países”, indicó a ANB Alexis Gajardo, guardaparque del vecino país, y encargado del Programa de Conservación del Parque Nacional Vicente Pérez Rosales. Sobre esto, añadió que el “nivel de importancia de este hallazgo va más allá, abarca a un territorio más amplio y al ecosistema en general”.

En febrero, como parte del convenio binacional y el trabajo conjunto, decidieron impulsar la iniciativa en búsqueda de ejemplares de la rana de Darwin, apoyados por la mentoría de la ONG Ranita de Darwin. Según relató Gajardo, todo comenzó con una capacitación a cargo de Andrés Valenzuela, presidente de la organización, de la que participaron guardaparques y profesionales de ambos países. Luego, se organizaron cuatro jornadas de salidas de campo, pero bastó solo el primer día, para ya tener éxito en la búsqueda.

“Fue fenomenal, nunca pensamos que íbamos a encontrar tantos individuos, tenemos 68 ejemplares, estamos sorprendidos con los hallazgos”, remarcó el guardaparque con palpable felicidad por este descubrimiento, que se presume uno de los más importantes del último tiempo.

Para determinar los lugares a los que ir, Gajardo detalló que contaban con datos de registros anteriores. “Teníamos un dato de una población histórica que existía acá y, por otro lado, también teníamos un dato de una profesional que antes formó parte de la ONG, que escuchó una vocalización cuando iba por una carretera dentro del Parque”, detalló.

Efectiva y claramente, los datos fueron certeros y el hallazgo emocionó a todos, especialmente, a los profesionales de Argentina que no habían tenido oportunidad de ver ningún ejemplar hasta el momento, al menos no en nuestro país.

La nueva población fue descubierta en el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, en la zona de Ensenada, en la región de Los Lagos, a solo metros del lago Llanquihue. Esta área silvestre protegida del Estado fue fundada en 1926 y, por lo tanto, representa el parque nacional más antiguo de Chile.

Los investigadores de la ONG Ranita de Darwin, Bastián Santana y Claudia Faure, realizaron un chequeo minucioso de las ranitas encontradas para determinar su estado de salud, información que será clave para la protección de la especie en el lugar.

Según Gajardo, “la idea ahora es hacer un monitoreo a largo plazo de la especie. Por ahora, hay que esperar resultados para saber si hay presencia del hongo quitridio y determinar cómo continuar”. Este hongo es una de las principales amenazas de la especie en la actualidad, junto al cambio climático y el impacto en su ambiente.

El guardaparque de Chile remarcó que “es un hallazgo alentador también para el trabajo colaborativo, porque demuestra el esfuerzo que hacemos los guardaparques para la conservación de esta especie y de otras más y lo importante de poder contar con recursos para seguir con los trabajos de conservación”.

“Este descubrimiento ha sorprendido significativamente al equipo de guardaparques y abre una oportunidad invaluable para fortalecer la gestión de nuestros Objetos de Conservación Biológicos”sostuvo Gajardo y añadió que “nuestro compromiso es centrar todos nuestros esfuerzos en realizar un monitoreo a largo plazo de las poblaciones de ranita de Darwin identificadas al interior del área protegida; desarrollando estrategias efectivas para su conservación y la mitigación de sus amenazas”.

Sobre la Ranita de Darwin

Esta rana fue descubierta en 1834 en un viaje que realizó Charles Darwin por la región patagónica, en la que encontró esta especie desconocida para ciencia en ese momento. Más de un siglo después, en los ‘80, encontraron poblaciones en Argentina, en las zonas limítrofes con Chile, pero su presencia es cada vez menor.

Tiempo atrás, ANB realizó una nota con Maximiliano Rocchi, un biólogo barilochense abocado al estudio de esta especie. El profesional explicó que la ranita tiene diversas características que la hacen especial. De cuerpo pequeño, que no supera los 3 centímetros, su color puede variar entre el verde y el marrón. Su forma se asemeja a la de una hoja, y debido a las tonalidades que adapta, se confunde fácilmente con el entorno, camuflándose a la perfección.

“Una de sus características está relacionada a su tipo de reproducción neomelia”, explicó Rocchi y agregó que las ranas de Darwin, ponen huevos en lugares muy húmedos, como líquenes y musgos. Son pocos los huevos que ponen “A los 21 días aproximadamente, cuando se empieza a mover el embrión, el macho se los mete en el saco bucal”, señaló. Allí permanece unas semanas hasta que las libera en el entorno cuando ya son ranitas de un tamaño muy pequeño.

“La ranita de Darwin es única, se adaptó y se independizó del agua, es decir, que no necesita de arroyos, o espejos de agua para sobrevivir, aunque sí habita en lugares de mucha humedad”, explicó.

Rocchi detalló además que “es una rana que no se mueve mucho, se calcula que se mueve 6 metros al año. En unos 500 metros cuadrados se puede delimitar la población. Es decir, que está en lugares muy puntuales. Cualquier amenaza puede generar la extinción”.

La rana de Darwin enfrenta amenazas concretas que ponen en riesgo su existencia. Por un lado, según explicó el biólogo, el cambio climático es uno de los grandes problemas, ya que cualquier modificación se nota en su entorno. “Hay menos lluvia, más calor. Cambió mucho el hábitat”, manifestó.

Por otra parte, en los últimos años se detectó la presencia de un hongo denominado quitridio. “Afecta a distintas poblaciones de anfibios nivel mundial, y a algunas especies las está llevando a la extinción. Ataca la piel de los anfibios y dado que la mayoría del intercambio con el medio, se hace a través de la piel, no pueden realizar el proceso y terminan muriendo”, detalló.

Debido a la situación actual de esta especie, es que el hallazgo representa una luz de esperanza para el equipo del Parque Nacional Nahuel Huapi, donde hasta el momento no han habido hallazgos similares.

"No solo adquirimos nuevos conocimientos sobre la especie y su hábitat, sino que también desarrollamos un compromiso profundo de que su protección solo será posible si unimos nuestros esfuerzos. En tiempos donde las voces de la conservación no siempre son escuchadas, seguimos trabajando con la convicción de que cada esfuerzo cuenta”, manifestó Juliana Nielsen, integrante del Parque Nacional Nahuel Huapi. (ANB)

 


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