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Un argentino en la comida del futuro: saldrá de biorreactores más que del campo o las granjas
Martín Blasco presentó en BALC sus descubrimientos y desarrollos para la fabricación de comida para tripulaciones espaciales o habitantes galácticos. Llegó alto en la NASA con su proyecto y puso en marcha fábricas en China, Finlandia e India.
“Para explicarlo simple, desarrollamos equipos como el Nespresso, en donde ponés una cápsula pequeña y sacás un café. Pensamos que la comida del futuro saldrá más de biorreactores que del campo o una granja. Se piensa en alimentar a las diez millones de personas del mundo poniendo estos equipos en distintas partes y usando un ingrediente como el que creamos nosotros u otros que aparezcan”.
En síntesis, se trata del proyecto que presentó Martín Blasco, un científico argentino, en Bariloche a la Carta, un sistema y un equipo en el que a partir de azúcares y otros elementos fabrica el alimento que podría demandar una tripulación de cuatro astronautas o la población de una estación espacial o una planta planetaria.
Blasco dijo a dijo a Bariloche2000 que la idea y el logro que exhibe Blasco fue lograda en apenas sus poco más de sus cuarenta años de vida y el paso por institutos y universidades públicas argentinas, asociándose con argentinos, un producto argentino para el mundo, que llegó muy alto en la NASA y fue logrando fondos para emprender fábricas en distintos países e incluso ponerse a trabajar para alimentar a diez millones de personas en un futuro.
El científico y tecnólogo explicó que empezaron a trabajar con un ingrediente común, y luego desarrollaron una máquina capaz de producir proteínas y otros componentes alimenticios.
Luego llegó el gran desafío, fueron invitados a participar del Centennial Challenges de la NASA, un concurso para el cual desarrollaron un prototipo que podía producir la cantidad de comida que requería una tripulación espacial de cuatro.
“Es una de las características que hoy demandas todos los emprendimientos relacionados con viajes interplanetarios y establecimientos de bases en el espacio. La comida siempre es un problema, casi todo hay que llevarlo como carga, por lo que un sistema de producción que parta de ingredientes simples y pueda alimentar en forma adecuada a tripulantes y futuros habitantes, es interesante”, describió Blasco.
Siempre parten de ideas sencillas, como desarrollar un sistema de producción hogareño en el que colocar un insumo y obtener un buen alimento.
“Una cocina a partir de cosas que no se pueden consumir directamente. Por ejemplo, si tomamos azúcar y amoníaco podemos morir rápido. Pero mezclando esos componentes en este equipo, se puede obtener algo que llamamos microproteína, o micocomida, ‘micofood’ en inglés, lo que podría dar para alimentar a una población”, dijo.
En el concurso de la NASA fueron superando niveles y ganando mucho dinero, pero escalaron hasta las semifinales y el ganador resultó otro emprendedor. Sin embargo, esta experiencia impulsó con fuerza la iniciativa y pudieron construir un laboratorio que fue el punto de partida para un emprendimiento muy exitoso: “desarrollamos un sistema de producción en fábricas de gran envergadura, para producción en India, Finlandia, China, donde tenemos dos fábricas”.
Blasco hizo este camino junto a Horacio Acervo, luego el CEO de la compañía Eternal, dedicada al desarrollo de la producción de este ingrediente.
Se sumó un inversor y fueron a China; se acoplaron luego a la fundación Spider, del Fondo Soberano de Emiratos, y también participaron de los premios ExPrice, dedicados a apoyar innovaciones en viajes espaciales y otros ámbitos.
Así crecieron sin techo en desarrollos que a futuro serán de muy alto impacto para la población mundial.
Otro premio, el Tomorrow Proteins, justamente piensa en eso, diseñar biorreactores para cubrir una demanda de diez mil millones de personas.