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Ranita de Darwin, una especie única de la región que está en peligro de extinción
La rana de Darwin, una especie única y con características más que especiales, es una de las habitantes de los bosques húmedos de la zona andina, entre Argentina y Chile. Lamentablemente, se encuentra en peligro de extinción y por esto, hay profesionales que se dedican a localizarla, estudiarla y difundir la importancia de preservar su hábitat.
Maximiliano Rocchi es un biólogo barilochense que, desde hace tiempo, se interesó en la herpetología, el estudio de los anfibios y reptiles. “Hice una pasantía con la ranita de Valcheta que también está en peligro de extinción y así surgió el estudio de la ranita de Darwin”, indicó a ANB.
“En su momento, mi codirector me dijo que elijamos una especie, elegí la ranita de Darwin, y se terminó materializando en un plan de doctorado”, indicó y agregó que “después de varios intentos, el año pasado me salió una beca cofinanciada entre Conicet y Parques Nacionales”.
Así, se puso manos a la obra del estudio de esta especie única, con el objetivo de localizar las poblaciones que pueda haber en la zona. “En 2018 se juntaron especialistas de Chile y Argentina con el objetivo de diseñar una estrategia binacional para la conservación de las ranitas de Darwin”, explicó.
Esta rana fue descubierta en 1834 en un viaje que realizó Charles Darwin por la región patagónica, en la que encontró esta especie desconocida para ciencia en ese momento. Más de un siglo después, en los ‘80, encontraron poblaciones en Argentina, en las zonas limítrofes con Chile, pero su presencia es cada vez menor.
Rocchi explicó que la ranita tiene diversas características que la hacen especial. De cuerpo pequeño, que no supera los 3 centímetros, su color puede variar entre el verde y el marrón. Su forma se asemeja a la de una hoja, y debido a las tonalidades que adapta, se confunde fácilmente con el entorno, camuflándose a la perfección.
“Una de sus características está relacionada a su tipo de reproducción neomelia”, explicó el biólogo y agregó que las ranas de Darwin, ponen huevos en lugares muy húmedos, como líquenes y musgos. Son pocos los huevos que ponen “A los 21 días aproximadamente, cuando se empieza a mover el embrión, el macho se los mete en el saco bucal”, señaló. Allí permanece unas semanas hasta que las libera en el entorno cuando ya son ranitas de un tamaño muy pequeño.
“La ranita de Darwin es única, se adaptó y se independizó del agua, es decir que no necesita de arroyos, o espejos de agua para sobrevivir, aunque sí habita en lugares de mucha humedad”, explicó.
Rocchi detalló además que “es una rana que no se mueve mucho, se calcula que se mueve 6 metros al año. En unos 500 metros cuadrados se puede delimitar la población. Es decir, que está en lugares muy puntuales. Cualquier amenaza puede generar la extinción”.
La rana de Darwin enfrenta amenazas concretas que ponen en riesgo su existencia. Por un lado, según explicó el biólogo, el cambio climático es uno de los grandes problemas, ya que cualquier modificación se nota en su entorno. “Hay menos lluvia, más calor. Cambió mucho el hábitat”, manifestó.
Por otra parte, en los últimos años se detectó la presencia de un hongo denominado quitridio. “Afecta a distintas poblaciones de anfibios nivel mundial, y a algunas especies las está llevando a la extinción. Ataca la piel de los anfibios y dado que la mayoría del intercambio con el medio, se hace a través de la piel, no pueden realizar el proceso y terminan muriendo”, detalló.
En Bariloche y la zona, “no sabemos si hay quitridio. Hay un estudio en Laguna Fantasma, pero no se sabe en el resto de la región. Por eso estoy hisopando especies para saber, porque si hay presencia del hongo y no encontramos ranitas de Darwin… Sumado al cambio climático, las especies introducidas y el turismo excesivo, no le veo mucho futuro a la especie”, señaló.
Si bien en Chile se encontraron poblaciones de ranitas de Darwin, en el lado argentino no es una tarea fácil. “Los últimos registros son de 2015, en la zona del lago Lacar, otro en 2019 en la zona de Huechulafquen. Este verano en el norte del lago Lolog”, indicó Rocchi.
Con el objetivo de detectarlas, realiza un trabajo de campo que consta en la instalación de grabadoras digitales automatizadas (GDA) y se le asocia un "Data Logger" que mide datos medioambientales (humedad, temperatura, etc) en distintos puntos geográficos. De esta manera, puede estar atento a diferentes lugares, sin tener que estar allí de forma presencial.
“Así también se evita que haya personas todo el tiempo en el espacio donde están los animales, ya que es contraproducente”, señaló. Actualmente, tiene 18 dispositivos instalados en distintos sectores, que permanecerán allí durante toda la temporada.
Acorde a lo explicado, los dispositivos que pudo adquirir, gracias a financiamientos, graban cada 19 minutos, por un lapso de 60 segundos. “Si la ranita está, se escucha porque emite un sonido totalmente diferente al croar del resto de las ranas, es más, puede confundirse con un ave”, señaló.
“Ahora, estoy persiguiendo la lluvia, donde veo que va a llover, agarro la camioneta y nos vamos”, dijo, y remarcó que a pesar de no haber encontrado ranas de Darwin todavía en la zona argentina, este año tiene esperanzas de tener resultados.
Al consultarle sobre el valor de la rana de Darwin para el entorno, Rocchi remarcó que “a veces pasa que uno piensa en una importancia puntual que nos dé a nosotros, pero en realidad está bueno cuestionarse que por qué se extinguiría una especie. Si hay un ambiente diverso, es algo bueno. La pérdida de una especie es grave para un ecosistema. El tener una especie única, hace a ese ambiente único”.
Recomendaciones para preservar a la ranita de Darwin:
Transitar únicamente por los senderos habilitados, para evitar el pisoteo del hábitat de la ranita.
Minimizar el riesgo de incendios. Hacer fogatas sólo en sectores habilitados y no tirar colillas de cigarrillos al suelo.
No introducir especies ajenas al ambiente.
Preservar la heterogeneidad del bosque. No cortar árboles ni retirar troncos caídos, ya que éstos actúan como refugio.
Si observás una ranita de Darwin, no la toques ni molestes ya que podés transferirle patógenos. ¡Avisá al guardaparque!