Paraguas protector para el mallín del kilómetro 12 en Bariloche

 En efecto, la Asociación Civil Árbol de Pie y la ciudadana Grace de Haro colaboraron para elaborar una ordenanza que disponga la creación de una “Reserva Natural Urbana”. La propuesta la elevó al Concejo Municipal la edil Julieta Wallace para su tratamiento. En los articulados de la norma se propone “suspender los permisos de obras, de mejoras y de cualquier otra acción que pueda modificar el medio natural de las parcelas que conforman el mallín del kilómetro 12 de la ciudad”.

Refieren que se debe acreditar el cumplimiento de un relevamiento que tiene que hacer el departamento Ejecutivo Municipal con el objeto de identificar las obras antirreglamentarias existentes en el lugar para el inicio de las actuaciones correspondientes y para su eventual demolición. El marco constitucional es el artículo 188 de la Carta Orgánica Municipal (COM).

Además se recomienda al departamento Ejecutivo Municipal que se tomen un plazo de 90 días para llevar a cabo un plan de manejo, en base a un convenio llevado a cabo entre el Municipio de Bariloche y el Centro Regional Universitario Bariloche (CRUB), para la realización de un estudio de caracterización y evaluación de los impactos ambientales en el humedal de Bahía Serena, dadas las distintas actividades humanas detectadas en el sector mencionado.

En un extenso fundamento de la ordenanza, que se debe aprobar, se citan las características geológicas de la zona, así como la dinámica hidrológica en relación con el lago Nahuel Huapi e indican que se trata de un ambiente de gran fragilidad y con períodos de inundaciones frecuentes. “De esta manera -dicen- se observan efectos negativos sobre la calidad de agua con valores altos en las concentraciones de nutrientes y de materia orgánica en el lugar ya que estos valores resultan mas notorios en la locación de emprendimientos turísticos y gastronómicos que implicarían mayores volcados de materia orgánica”.

Asimismo indican que los cambios en la circulación del agua en el mallín, dados por las modificaciones en la canalización de drenaje y por rellenado de áreas inundables, están produciendo efectos negativos al ecosistema. Se observan importantes mortalidades de arbustos, que son importantes porque permiten el establecimiento y/o germinación de varias especies de plantas, muchas de ellas arbustos y árboles. La extinción local de estas especies vegetales ocasionaría la pérdida de varias otras especies en un mediano plazo. También se han perdido zonas de alimentación, refugio y nidificación de aves que usaban el mallín con este fin. Lo que se vio reflejado en la disminución del número de especies e individuos que permanecen en el lugar.

Un relevamiento efectuado en las construcciones en el área del mallín indica que ocupan un porcentaje relativamente bajo de la misma. Aun así, los impactos observados son muy importantes (rellenado de terrenos, cambios en el drenaje, contaminación del agua, etcétera) por lo que es preciso revisar tanto el estatus de conservación de la zona como los indicadores urbanísticos vigentes y se precisa que existe un sobrepastoreo de ganado equino.

La COM alienta la conservación de todos los humedales del ejido. Dentro de las sugerencias se pide: 1) Dar al mallín la clasificación de área natural protegida, con el objetivo de encuadrarla en una figura legal que permita elaborar e implementar un plan de manejo orientado a la recuperación de las funciones ecológicas del ecosistema en la medida de lo posible. 2) reducir el ingreso de nutrientes y materia orgánica desde los emprendimientos gastronómicos, turísticos y particulares. 3) impedir las acciones de canalización y de relleno que modifican los niveles hídricos del sistema. 4) ordenar todos los usos antrópicos del mallín; incluyendo desde nuevas construcciones o ampliación de las existentes, hasta el ingreso de ganado. Este ordenamiento incluye la revisión de los indicadores urbanísticos actuales.