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Lo que tenés que saber para comenzar tu propia huerta
Durante siglos la siembra ha sido una actividad trascendental para la supervivencia de la especie humana, que fue fijando sus ciclos en torno a la rotación de la Tierra, el Sol y la Luna. Aspectos como rotación y asociación de cultivos, riego y técnicas para la recuperación de los suelos, son indispensables a la hora de optimizar los recursos que crecen en la tierra.
En esta época del año disminuye considerablemente el riesgo de heladas, lo que permite comenzar a plantar al aire libre, en almácigos, canteros o huertas sin protección.
ANB dialogó con Luz Lattanzio, Técnica en Viveros y docente de la Tecnicatura en Viveros de la Universidad de Río Negro, sobre las dificultades que se presentan en la comunidad al comenzar las primeras prácticas de siembre. “Muchas veces se idealiza mucho el invernadero y que si no se tiene no se puede hacer huerta, pero creo que es necesario que la gente arranque con pocas especies e incursione de a poco en el sembrado. La gente quiere tener tomate y la realidad es que se puede pero es más complejo. Por eso es preciso estimular que se arranque al menos con verduras de hoja verde y especies que no requieren de invernáculos complejos, para evitar la frustración ante un primer intento” explicó.
El clima en esta estación permite que las semillas germinen sin protección de las heladas. Las plantaciones requieren de menos cuidados que de aquellas que comenzaron a crecer en un invernáculo cerrado durante el invierno. A partir de octubre, la mayoría de las especies de huerta y florales están aptas para ser sembradas al aire libre.
La docente de la Tecnicatura en Viveros señaló las características del suelo en Bariloche y la región y las diferentes especies que son más propensas a crecer en plenitud. “En nuestra zona, para la huerta, todo lo que es de hoja es lo más sencillo: lechuga, acelga, achicoria, rúcula, yo recomiendo empezar por ahí. Lo que nos pasa con el clima en Bariloche es que tenemos una ventana de clima cálido muy corta, entonces, en el caso de las verduras que son de hoja nos comemos la planta entera, pero si queremos consumir especies que tienen frutos, como el tomate, el zapallo o la flor, necesitamos más tiempo y calor, porque son cultivos largos" señaló.
“En el caso de las flores y coles, lo que en otros lugares del país se clasifica como planta de estación otoño/ invierno, a nosotros nos crecerá en primavera/verano porque el clima es más frío a pesar de las temperaturas relativamente altas de enero”.
La siembra no es una actividad exclusiva de alguna estación del año. El invierno es considerado una etapa de reposo del suelo, en el que se ejecutan labores de enriquecimiento de la tierra con compost o abono para lo que se plantará más adelante.
Lattanzio recomienda que cuando se discontinúa la producción en el invierno, se agregue materia orgánica en la superficie que fue plantada, que puede ser guano como hojas de árboles para cubrir el suelo y prepararlo para la primavera.
“Si no hicimos la preparación del suelo en invierno, es mejor alimentar el suelo con compost procesado, que ya esté maduro porque las plantas lo van a necesitar en lo inmediato” explicó la docente de la UNRN.
Otro de los aspectos fundamentales para la siembra es el riego. No hay una periodicidad estándar para regar por eso se requiere mucha atención al aspecto que van tomando las plantas. Según Lattanzio el riego depende, entre otras cosas, de la exposición al Sol o al viento que tengan los cultivos. En primavera/verano, las fuertes temperaturas y la poca humedad requiere un riego sostenido, ya que el agua al caer en la tierra “parece resbalar”.
“Estamos en un lugar en donde, nos movemos tres kilómetros y cambia la realidad del clima y del suelo, por eso son muy variados los escenarios en los que se puede sembrar. No es lo mismo tener una huerta en Dina Huapi que en Colonia Suiza” .
“Para regar nuestros cultivos tenemos que hacerlo en un horario en el que el ambiente no esté tan cálido, para que toda esa agua quede en el suelo, a disposición de la planta. No es que se va a quemar o dañar la planta, si no que de toda la cantidad de agua que estoy aportando, no toda le va a servir a mi planta” culminó.
Respecto a los horarios de riego, desde el INTA recomiendan hacerlo de tarde/noche, una vez que el sol se retira y la temperatura desciende. De esta forma, se aprovecha al máximo el agua. La manera correcta de hacerlo es sobre el suelo, ya que, si se mojan las hojas de las hortalizas, se puede propiciar el desarrollo de hongos y enfermedades.