La bióloga que caminó por más de cien montañas y se especializó en flora de altura

 Una primera subida a las montañas de Bariloche hace más de 30 años, marcó su carrera. Hoy, tiene más de 100 cumbres conquistadas y más de 550 especies de flores de alta montaña identificadas. Marcela Ferreyra, sin dudas, logró fusionar dos pasiones y transmitirlas.

Todo empezó en los inicios de la década del '90, cuando Marcela estudiaba en Córdoba y decidió viajar a Bariloche. “Hice parte de la carrera de Biología en Río Cuarto y estudiaba sobre la vegetación de las Sierras de allá”, contó a ANB.

En 1992, llegó a Bariloche. Tenía que hacer la tesis de su carrera y la elección del tema no le era tarea fácil. “Pensé ‘¿qué puedo hacer en Bariloche?’ y en eso, un amigo me invitó a hacer una travesía de montaña y quedé fascinada”, resume.

De esa primera caminata por las montañas patagónicas, se desprendió la idea de estudiar sobre la flora de alta montaña. “En ese entonces no había mucha información al respecto. Había algunas publicaciones de Milan Dimitri, un gran botánico que fue mi profesor en la universidad y luego me inspiró para dedicarme a las plantas”, recuerda.

Entre esas publicaciones, la información se centraba entre Catedral, Chapelco y La Hoya, “pero no había libros ni imágenes”, señala y añade que “yo quería saber el nombre de las plantas que encontraba”.

Todo esto, seguramente terminó de convencerla. Marcela finalizó su carrera en el Centro Regional Universitario Bariloche y su tesis fue sobre la flora de alta montaña. Este fue el inicio de un camino que la llevó por cerros de toda la Patagonia, posibilitando un relevamiento único, que hoy contempla más de 550 especies.

“Me encanta irme a las montañas a mirar las plantas. A lo largo de 30 y pico de años, siempre ha sido mi pasión”, dice con sencillez esta profesional reconocida y renombrada. Así fue como logró fusionar sus dos grandes pasiones.

Caminó y recorrió montañas de Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Hizo numerosas guías, clasificó plantas, estudió sobre la flora y aprendió de ella y es la principal referente en la temática en la Patagonia.

“En el último trabajo que publiqué, registré unas 550 especies en las altas montañas entre el norte neuquino y Santa Cruz. De ese total, 69 especies, por ejemplo, solo están arriba, en la cumbre”, explica.

Marcela no lo duda. Las plantas de alta montaña “son bellísimas y están adaptadas a las condiciones en las que crecen”. Pequeñitas, coloridas, fuertes. Las flores que se pueden encontrar en los cerros patagónicos sin dudas, se caracterizan por su belleza. “La gente se sorprende mucho, no pueden creer encontrar esas flores ahí, en medio de pedreros donde parece no crecer más nada”, dice.

De sus recorridas y trabajos realizados por distintas regiones del sur, Marcela comprobó que “se podría decir que en la Patagonia hay una similitud de las plantas, pero hay algunas que son únicas” y agregó que “en el norte neuquino hay una cierta diferencia porque ingresan especies de Mendoza. Es un paraíso florístico. Más hacia el sur, algunas especies solo habitan allí”.

“En el imaginario social predomina el pensamiento de que nada crece en esos pedreros de las cumbres de montaña”, señala y agrega que “si tenemos en cuenta que la superficie de alta montaña representa solo el 20% del Parque Nacional Nahuel Huapi, y en ella habitan unas 300 especies, es un número significativo”.

La bióloga no duda en afirmar que una de las “más icónicas es la conocida como Flor de seda. Es una planta que tiene una flor muy grande y preciosa, es muy admirable, tiene unos rizomas enormes. Es una planta que muchos quieren ver”.

Al consultarle si hay alguna que sea su preferida, dice que es una decisión imposible de tomar, pero que “hay un grupo de plantas, llamado Nassauvia, que para mí son preciosas, viven en lo más alto. Lo fascinante es que solo habitan en las altas cumbres. Solo se ven caminando arriba de las montañas”, agrega.

A lo largo de sus años de estudio y caminata, Marcela logró conquistar a muchas personas que impulsados por el deseo de conocer la flora de las montañas, comenzaron a caminar. Así también creó un grupo llamado “Naturalistas de la Patagonia”, con el que suelen organizar caminatas para observar y aprender de la naturaleza.

Marcela afirma que todo el trabajo realizado, que está plasmado en guías y libros, “no solo fue para producir una base de datos, si no también para promover el conocimiento, disfrute y cuidado de las distintas especies”.

Por esto, remarca que se deben respetar los senderos marcados, evitando generar más impacto del ya realizado en las montañas, especialmente en las que son cada vez más transitadas. Las plantas están adaptadas para soportar las inclemencias climáticas o del suelo, “pueden resistir un montón de cosas, pero no tienen estrategias para defenderse de los pisoteos”, sostiene.

“Durante todos estos años, en cada oportunidad de tiempo libre o fin de semana, siempre salía. Ahora salgo menos porque estoy más grande”, dice entre risas, aunque agrega que quiere aprovechar para “explorar montañas a las que no he ido”.

Imperdible charla en la UNRN

Bióloga, guía de turismo botánico, docente, amante de las caminatas por la montaña y de las flores que en ella crecen. Marcela Ferreyra, sin dudas, tiene mucho para contar y para quienes quieren escuchar más sobre todo lo conocido a lo largo de estos 30 años, propone una charla imperdible.

Así, el próximo jueves 22 a las 19 horas en el edificio de Anasagasti 1463, Marcela brindará la charla “Flora de alta montaña en la Patagonia Argentina”. La actividad será gratuita y no requiere inscripción previa, aunque solicitan colaboración con un alimento no perecedero.

Durante la charla, Marcela introducirá los ambientes de alta montaña en la Patagonia argentina y presentará los resultados de los relevamientos florísticos en 111 cerros a lo largo de 30 años de exploraciones. Además de las generalidades sobre la particular flora de altura, se presentarán las especies identificadas como vulnerables, los factores que las amenazan y algunas acciones que deberían llevarse a cabo para protegerlas. (ANB)