El Municipio trabaja en busca de reflotar el Centro de Convenciones

 Desde hace algunas semanas, que el gobierno municipal está interviniendo el edificio abandonado en la zona del Jardín Botánico de nuestra ciudad, donde está emplazado el viejo proyecto del Centro de Congresos y Convenciones.

Se trata de una estructura abandonada hace décadas, conocida como el “elefante blanco” y que tuvo como finalidad desarrollar ese lugar, pero quedó desfinanciado y nunca más se lo reactivó.

Ahora, el intendente Walter Cortés anunció que ese espacio sería una forma de empezar a tener un recinto para congresos, antes de hacer algo magnífico y que no se logre nunca. “Vamos a ver cómo poder poner el techo, terminar ese edificio para apoyar esa actividad que es una alternativa fuerte para las bajas temporadas”, resaltó.

Por esa razón, desde hace algunas semanas que la Comuna intervino allí con maquinaria, adentro del edificio de cemento. “Estamos trabajando adentro, porque ese lugar estaba lleno de ripio. Estamos sacando todo el ripio y poniéndolo en su lugar, como estaba pensado y con los planos correspondientes”, sostuvo Cortés a este medio.

Incluso, comentó que fue el propio secretario de Turismo de la Nación, Daniel Scioli, quien le sugirió que apunte a ese segmento de turismo.

“Una de las cosas que siempre nos dice es que busquemos la forma de hacer eventos y congresos en baja temporada. En ese sentido, apuntamos a sacar adelante el Centro de Convenciones que necesita Bariloche y que está en el Jardín Botánico, pero hay que ver de qué forma se puede reestablecer y modernizar sin que nos salga tan costoso”.

En la actualidad y más allá de no contar con un Centro de Convenciones, Bariloche dispone de gran número de salas para reuniones de diferentes tamaños y estructuras, muchas de las cuales se encuentran en los hoteles, distribuidos en el área céntrica y en un radio de 25 kilómetros. Desde ya, todas en complejos privados.

Destacada por su experiencia para montar locaciones outdoors en escenarios naturales donde desarrollar actividades académicas y de relacionamiento, la ciudad es un motivador “natural” para el viaje de asistentes y acompañantes.

Sin embargo, la idea de contar con un espacio propio para este tipo de eventos, sin duda significaría un plus muy importante para la ciudad, para realizar congresos en las temporadas bajas y así romper la estacionalidad.