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Comer sano en el mundo del revés: malas y buenas noticias sobre nuestra alimentación
La cuestión de la alimentación saludable es un tema que está cada vez más presente en los hogares, en las escuelas y en otros ámbitos. Lo que más se busca es reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y reemplazarlos, principalmente, por mayor consumo de frutas y de verduras. Sin embargo, realizar este cambio alimenticio, ¿nos garantiza una alimentación saludable?.
En las Guías Alimentarias para la Población Argentina se recomienda que, a lo largo del día, la mayor parte de nuestra alimentación debería estar compuesta por frutas y verduras. Y lo representan con la siguiente gráfica de alimentación saludable:
Fuente: Ministerio de Salud, disponible en: https://www.argentina.gob.ar/salud/alimentacion-saludable/grafico
Pero “consumir a diario 5 porciones de frutas y verduras en variedad de tipos y colores”, como nos sugieren, ¿es realmente saludable?. Lamentablemente, la respuesta es no. En nuestro país eso no es así.
En una publicación de agosto de 2024 titulada “El plato fumigado” se analizaron los resultados de los controles realizados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) sobre la presencia de agroquímicos en alimentos comercializados en Argentina entre los años 2020 y 2022.
El control se realizó en muestras seleccionadas entre una lista de 54 variedades de alimentos que incluían frutas, verduras, hortalizas, cereales, oleaginosas y especies aromáticas.
Los agroquímicos se utilizan con diversas finalidades. Uno de los principales objetivos es eliminar plagas, como insectos, hongos, bacterias y malezas. Como sucede con los medicamentos, cada comerciante presenta distintas formulaciones que incluyen al principio activo, responsable del efecto deseado, y otras sustancias que lo acompañan. Por ejemplo, el glifosato es el principio activo de la marca comercial Roundup, un herbicida descubierto por Monsanto y, actualmente, elaborado por Bayer. Pero también YPF, además de muchos otros, produce y vende glifosato en nuestro país. Y cada marca, además de contener al principio activo (glifosato), contiene otras sustancias en su formulación.
Del total de las muestras analizadas por SENASA en las 54 variedades de alimentos se identificaron 83 principios activos, y en muchas muestras se detectaron más de uno. Hubo en total 6.191 detecciones de agroquímicos en los alimentos analizados.
A modo de ejemplo, entre todas las naranjas controladas, que fueron 609, se detectaron 30 principios activos diversos, y en una sola naranja se han encontrado hasta 12. Además, en un 59 % de los resultados, el valor detectado superó el límite permitido o se trataba de sustancias prohibidas en Argentina y/o en la Unión Europea. O sea, al comer una naranja podemos estar ingiriendo 12 principios activos, y más de la mitad de las veces, con valores más altos de lo permitido y/o sustancias prohibidas.
De los 83 principios activos hallados en los 54 tipos de alimentos el informe destaca, entre otros aspectos, que:
- el 51 % fueron prohibidos en la Unión Europea,
- el 49 % son considerados agentes cancerígenos,
- el 76 % están catalogados como alteradores hormonales.
Y cabe mencionar que pueden estar presentes más principios activos que no se controlan. Por ejemplo, el glifosato es el herbicida más utilizado en la agricultura industrial de nuestro país, pero no es buscado por SENASA en frutas, hortalizas, y verduras. Sin embargo, eso no implica su ausencia. Por el contrario, hay denuncias de presencia de glifosato en cítricos, frutales de pepita (manzana, pera, membrillo), vid y yerba mate, además de su uso frecuente en cereales y oleaginosas.
Los productos que contienen agroquímicos prohibidos por la Unión Europea, por razones de salud pública y resguardo ambiental, no pueden ser exportados hacia Europa. Sin embargo, pueden venderse en el mercado interno y los consumimos en Argentina.
En el mundo del revés, se ha naturalizado que no existe obligación de informarnos si consumimos alimentos que pueden enfermarnos. Por el contrario, los agricultores que no utilizan agroquímicos en su producción y quieran informarlo deben recurrir a una certificación para denominar a su producto como “orgánico”, con un alto costo asociado.
¿No sería más justo que el sello lo llevaran los productos cultivados con usos de agroquímicos?. Algo así como un etiquetado para frutas y verduras, hexágonos que informen sobre su forma de producción agroindustrial, y, en especial, si usan sustancias ya prohibidas en otros países. ¿Te comerías una naranja con 6, 8 o 12 hexágonos?
Por suerte, no todas son malas noticias.
Existe otra forma de producción de alimentos y es a través de la agroecología que, además, de garantizar alimentos saludables, pone el foco en la naturaleza y se centra en el cuidado de los recursos naturales y de la biodiversidad.
La solución no está en pagar más por alimentos certificados, la solución es armar redes de confianza, basadas en una producción agroecológica que cuide nuestra salud y al ambiente.
En Bariloche, hay cada vez más opciones para comprar productos agroecológicos. Y así asegurarnos, realmente, una alimentación saludable. Además, empiezan a llegar productos agroecológicos de otras partes del país, y no sólo frutas y verduras, también se consiguen harinas, legumbres, y otros alimentos. Por mencionar solo algunos sitios de venta:
Feria Franca: https://www.instagram.com/feria_agricultores/?hl=en
Amarantus huerta orgánica: https://www.instagram.com/huerta.amarantus/?hl=en
Chacra Paso Flores: https://www.instagram.com/chacrapasoflores/
Proyecto Bioma: https://www.instagram.com/proyectobioma/
En nuestra ciudad existen una gran cantidad de huertas que demuestran que, con su clima y con su suelo, se pueden producir alimentos de calidad, incluso con mayor variedad de productos.
Asimismo, en Dina Huapi hay una chacra agroecológica educativa, Dina Huaca, donde los participantes obtienen herramientas para desarrollar su propia huerta. Allí se aprende a observar a la huerta como un ecosistema, con su suelo vivo y realizando un manejo sustentable, aprovechando los beneficios que las distintas especies vegetales y animales pueden darnos.
Fomentar la producción local de alimentos tiene múltiples ventajas: sociales, económicas y ambientales. La Licenciatura en Agroecología que la UNRN dicta en El Bolsón y los proyectos del INTA que asisten a la agricultura familiar son valiosos espacios que promueven la agroecología en nuestra región.
El escenario ideal sería que a través de la planificación y de políticas públicas se fomente e incentive el crecimiento de la producción agroecológica local. Eso aún no existe, pero los cambios se vienen generando desde abajo, y eso le dará la fuerza necesaria para que crezca y perdure en el tiempo.
Irene Martín,
Ecóloga Urbana y docente de Química Ambiental de la UNRN.
DNI 25.730.998