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A 100 años de la creación del Vivero Nacional

 El Parque Nacional Nahuel Huapi celebró el aniversario de los 100 años del Vivero Nacional, ubicado en la isla Victoria. En un acto homenaje, las autoridades de parques hicieron la puesta en valor del jardín botánico, un área natural protegida que contiene más de 30 especies nativas que resistieron de ser extintas ante la invasión de plantas exóticas, diversos incendios forestales y las adversidades climáticas.

El resguardo de la vegetación autóctona que predomina en la isla tiene prioridad internacional. Allí se pueden encontrar ejemplares centenarios de árboles, plantas y arbustos del bosque andino patagónico y la selva valdiviana, que crecen en el mismo suelo que las diversas variedades de coníferas y frutales que introdujeron los primeros colonos.

ANB dialogó con el Ing. Camilo Bagnato, coordinador del Área Forestal del Parque Nacional Nahuel Huapi sobre la particularidad del bosque. “En el Vivero realizamos tareas de concientización y educación forestal con los alumnos de escuelas primarias, ONGs y con los miles de turistas que llegan cada temporada. Además, este año se le dio un enfoque que prioriza la producción de plantas nativas, que se producen para restaurar la población en lugares que han sido desplazadas o dañadas. El Vivero representa un reservorio para la conservación de las especies nativas, para la selección, cosecha y preservación de semillas y es un centro de investigación para las universidades públicas y el CONICET” expresó Bagnato.

El cuidado diario de la flora autóctona en el interior del Vivero y el jardín está a cargo de dos trabajadores del parque nacional, que elabora un seguimiento meticuloso del comportamiento de las especies. También, una persona que reside en la isla es auxiliar de las tareas de resguardo y los 7 integrantes del área Forestal que visitan periódicamente el territorio.

Coihues, Cipreses, Arrayanes, Radales, herbáceas, sotobosques, pañiles, Notros. La vegetación de la isla y su suelo rico en minerales conforman un banco de germoplasma que convierte al Vivero Nacional en un laboratorio biológico de importancia mundial para el estudio de la Botánica.

“Se comenzaron a utilizar para el arbolado público, especies nativas que se desarrollan y se resguardan en el Vivero Nacional. Esto es importante para la conservación de la biodiversidad y para evitar efectos indeseados de la introducción de especies exóticas, que a veces ocurre naturalmente a través de las aves o el viento y que puede generar una invasión biológica” agregó el ingeniero agrónomo del Parque Nacional Nahuel Huapi.

En el acto de los 100 años del Vivero Nacional estuvieron presentes el director del jardín botánico de la isla, Adolfo Moretti, el intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi, Dámaso Larraburu, guardaparques, guías y Samuel Havrylenko, hijo de uno de los científicos pioneros en habitar la isla, cuando se llamaba Estación Experimental Forestal Puerto Anchorena.

“Mi padre llegó aquí en 1938 y nosotros vivíamos todo el año en la isla. El puerto estaba en construcción; no había electricidad ni maquinaria disponible, sólo herramientas manuales y a tracción a sangre. Y los viajes al pueblo lo hacíamos en pequeñas embarcaciones cada tanto. El vivero forestal fue pensado para mitigar la deforestación por incendios y explotación descontrolada. Los iniciadores del vivero eran egresados de las mejores instituciones de Europa, algunos historiadores los apodaron como “los rusos” pero la realidad es que mi padre nació en Ucrania y estudió en Praga” comentó Havrylenko.

“Con mucho rigor científico, hace cien años nació en Argentina la cultura forestal. Yo creo que necesitamos cien años más para fomentar la educación y la concientización ambiental”.

Al finalizar el acto de aniversario, se descubrió un cartel que indica el desarrollo histórico de los cambios y mejoras que fue teniendo el Vivero Nacional. Además, se plantó un ejemplar de Ciprés de las Guaitecas, en una zona dispuesta del jardín botánico.

En el momento, se hizo entrega de una distinción del Senado de la Nación, gestionada por la senadora rionegrina Silvina García Larraburu, en honor a los trabajadores y autoridades y su labor en el Vivero Nacional.

A modo de cierre, el intendente del parque, Dr. Dámaso Larraburu destacó la importancia de la reserva natural y anticipó una iniciativa que se está trabajando desde la administración central de Parques Nacionales para “potenciar” el desarrollo turístico en la isla.

“Algo que venimos trabajando muy seriamente con las autoridades es un plan para potenciar la actividad turística de la mano de la inversión privada en materia de servicios. Traer hoteles, restaurantes, paseos de comidas y más servicios para atender a los visitantes. Hay una decisión de trabajar lo privado y lo público para fortalecer y promover el turismo en la isla. Es importante potenciar el círculo virtuoso de lo público y lo privado. No hay que tener miedo a eso, porque Parques nunca va a dejar de tener la custodia en el cuidado del medio ambiente” señaló con optimismo Dámaso Larraburu.

La isla es un destino turístico frecuentado año a año por turistas de distintas partes del planeta, pero que pocas familias barilochenses conocen. En temporada de verano, las reservas para visitas guiadas y los servicios que se ofrecen allí suelen estar saturados. Bajo el Gobierno de Milei, la actual gestión de Parques Nacionales delimitó una línea de acción que promete un incremento de la explotación turística de la mano de la inversión privada, en un reservorio ecológico centenario que cada vez tiene menos recursos estatales para poder realizar las labores de resguardo del ecosistema. (ANB)


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