Tomando un café con Gabino

Tomando un café con Gabino

 Y Nico salía del colegio entusiasmado al grito de:- Hoy me toca café con Gabino, mami?

Y un día Gabino le dijo: pero a ver nene, si vos dibujás tan bien, cómo puede ser que tengas una letra tan espantosa y te distraigas con la ortografía, si lo tuyo es el lápiz, tenés que tener buena letra y que la letra no tenga errores, escribir también es dibujar, vamos... probá nene, traeme letras diferentes y elegí cuál va a ser la tuya, tu dibujo más importante es tu palabra escrita.

Y Nico ahora escribe dibujando, comprendiendo la palabra escrita como ARTE. Además le quedó ese aprendizaje de que tomarse un buen café con alguien tiene efectos maravillosos, a largo plazo. Ahora sin preámbulos y ya con signos de adolescencia, se lo escucha invitar:- Papi, salimos a tomar un café, quiero hablar de algo.-

Un maestro.
Estamos agradecidos de haber compartido tanto con él. Un maestro que supo dedicar "cafes" con un curioso niño de 8-9 años que quería seguir garabateando.

Y para mí, como madre, fue una excelente excusa para estar cerca, abrazarlo, dialogar locuras, tirarle unos pesos (siempre me decía que NO, pero también debatimos del valor de las cosas, y permitió que le demos VALOR a su tiempo quejándose, por supuesto, sino no sería Gabino)

Su café preferido, iba acompañado de alguna cosa rica que disfrutaba como pajarito, tan despacito que Nico siempre se comía el final, y Gabino le decía una y otra vez:- "Nene, asi yo no voy a engordar nunca", flaco lindo Gabino. Y se fue.

La vida nos da regalos así, como Gabino
Gracias

--
Lic. Vanesa Vicente

"Decidi SER para no consumirme en mi propia llama"

Opinión / Correo de lectores