Sobre que vertedero hablamos? por Eduardo Raccioppi

Sobre que vertedero hablamos? por Eduardo Raccioppi

Seria inútil repasar la historia del vertedero de Bariloche. Todos la conocen pudiendo resultar una historia sin fin, y por lo tanto persistente sino se asume desde las políticas publicas la responsabilidad social y la protección de la salud de su población. Hace tiempo que Bariloche dejo de ser una aldea de montaña que se tornaba populosa estacionalmente por el arribo de turistas para impulsar su desarrollo. Hoy con cifras de población que rondan los 130.000 habitantes, y esta cifra multiplicada por el 6,6% por el turismo, deberíamos estar hablando de instalaciones e infraestructuras básicas sanitarias para una carga de 1 millón o mas anual. Se dice que el financiamiento esta, que solo falta definir donde será el nuevo, se habla de menos residuos y de mayores aprovechamientos, pero no se explicita claramente que pasara con el viejo en plena actividad y a cielo abierto. Tampoco cual será el plan de remediación, que sin dudas debería ser inmediato, desde el primer día del
funcionamiento del nuevo.

Escuchamos que los residuos patógenos originados por instalaciones publicas serán procesados por el Municipio, el de las instalaciones privadas, por los privados; pero desconocemos donde serian instalados, cual su destino final por el sistema de plasma y menos aun quienes tendrían a su cargo la responsabilidad de controlar las emisiones, el procesamiento y el destino final.

Asimismo se agrega que el nuevo proyecto del vertedero, podría recibir los residuos generados en otros municipios sin saber cuanto pagaran por tonelada y por el pasivo.

Imaginamos que un proyecto de esta envergadura, destinado a la carga de 1.000.000 de seres entre habitantes y turistas, será elaborado con la seriedad y el conocimiento de todas las partes intervinientes, para consensuar donde seria instalado, y haber observado y definido varios estudios previos como los geológicos, perfiles de drenaje, relieve hidrológico, vientos predominantes impactos del medio físico, biótico y antropico entre otros, todos ellos planificados por lo menos hacia 25 años en adelante, tomando el normal crecimiento poblacional.

Nos pareció extraño no encontrar una aclaración suficiente sobre el pretendido compostaje. Las informaciones sobre su uso para huertas (productos comestibles) y jardines, suponemos que el proyecto contempla todas las medidas técnicas de protección sanitaria biológica y química. Del mismo modo, que deberían haberse considerado los riesgos de contaminación humana y animal ocasionales o persistentes. Si el uso del compostaje fuera destinado a plantaciones con fines industriales: madera o pasta de celulosa, el proyecto debe haber considerado que no es aplicable a especies nativas y por lo tanto ser circunscripto a un área determinada, tomando consideraciones sobre el riesgo de la fauna existente. También debería aclararse la forma de evitar que la madera usada, fuera reutilizada para la quema, y en el caso que así fuera, de que manera seria controlada la emisión de los componentes tóxicos, gaseosos y sólidos. También es escasa la información acerca del método de clasificación,
entendiéndose por ello: formas y técnicas, usos de protección a emplearse, metodología del reciclaje, quienes serian los responsables de las inversiones, la gestión, el control y el destino de los resultados económicos: costos de mantenimiento, compensación, operación y los créditos que si bien podrían tener un fin social, deberían ser conocidos por la población. Los residuos se convierten en pasivos públicos y activos cuando tienen valor agregado.

Otra inquietud es acerca de la conclusión técnica que definiría la instalación de la planta de clasificación y compostaje en tierras conjuntas al área de tratamiento de lodos provenientes de los residuos cloacales tratados. Se sobre entendería que estas instalaciones de clasificación y compostaje, seguirían los patrones técnico-ambientales y sanitarios que existen para cualquier actividad próxima a sistemas de tratamiento de residuos cloacales. Debemos presuponer que ya existe la norma de clasificación, estacionamiento y destino final de los residuos clasificados.

La ubicación de un vertedero no debería ser orientada solo por una decisión política, en todos los casos debe prevalecer la desicion técnica rigurosa, apoyada en los conceptos y estudios de acuerdo a los patrones universalmente reconocidos. Si la única localización posible del nuevo vertedero fuera un área peri urbana, debieran considerarse la distancia mínima de 2000 metros, desde el área urbana demarcada como tal, impacto vecinal y estético, vientos predominantes que no deberían arrastrar olores y gases sobre la población, distancia mínima de 500 metros de cualquier vía de comunicación terrestre de transito permanente, arborización perimetral densa y área de protección vinculada .Finalmente entendemos que toda la información debe estar a disposición de la sociedad, por el derecho que le cabe, tanto del proyecto de remediación del actual basural como las de nuevo vertedero con sus estudios ambientales previos, el EIA y el plan de control.



Eduardo Raccioppi

Director del Instituto Aruandista de Investigacion y Desarrollo

y de la Division Aruanda Patagonica.(S.C.de Bariloche)
aruandapatagonica@yahoo.com.ar  
www.aruanda.org  

Opinión / Correo de lectores