Opinión / Correo de lectores
Pedro Navarro Floria: "achicó fronteras y juntó corazones"por:María Andrea Nicoletti
Pedro Navarro Floria: "achicó fronteras y juntó corazones"por:María Andrea Nicoletti
El título de este escrito es una frase del Dr. Luis Parentini, presidente de la Asociación de Historiadores Argentino- Chilena que me conmovió, y que tomé de entre los muchos homenajes que le hicieron a Pedro. Me conmovió porque lograba unir al historiador profesional y al hombre de bien que todos y cada uno de los que escribieron sobre él destacaron. Ese aspecto para mí, que he sido su esposa durante 25 años es el más importante.
Esto que escribo lo hago desde ese ángulo. Aún desde lo más íntimo y personal, el dolor que nos atraviesa a mí y a mis hijos nos impiden decir más cosas sin que flaqueen las fuerzas y lo haré después para mí y por ellos y por su familia: sus padres, hermanos, tíos, primos, etc.
Pero en agradecimiento a todos los homenajes, gestos y palabras de los distintos, colegas y amigos que me llegaron de diversos lugares, quisiera expresarles a todos ellos algunas palabras. Estas son palabras de su colega y amiga más cercana, que lo vio crecer como historiador y como persona y que compartió ideas, proyectos, libros, una carrera profesional, y obviamente la vida y los hijos.
Desde que estudiábamos en la Facultad Pedro no dejó de ser un lector ávido, erudito, sistemático y curioso. Todo le interesaba, no era selectivo porque tenía esa increíble virtud de relacionar cosas impensables.
Para nosotros era imposible separar la relación personal y humana de la profesional. Y eso cimentó una relación de respeto profundo por cada colega y amigo. A Pedro le gustaba escuchar más que ser escuchado. Si un trabajo que había leído o escuchado le gustaba, solía acercarse a dialogar con el/la colega para compartirlo, sino le gustaba tanto desde el respecto más profundo, le sugería como resignificarlo, como encontrarle la vuelta, porque para él, los trabajos no eran ni buenos ni malos sino fruto del esfuerzo personal vinieran de quien vinieran: historiadores profesionales, aficionados o simplemente interesados lectores de la Historia.
Ese concepto y la formación de nuestro director en CONICET, el Dr. Néstor Auza, fueron las bases que construyeron en Pedro un director respetuoso, sincero y meticuloso, con el mejor de los principios: el discípulo siempre tiene que crecer más que el maestro. La libertad y el respeto por el otro ante todo, la seriedad y el compromiso. Como decían dos colegas de la comisión de las Jornadas de Historia de la Patagonia: "no dejaba nada librado al azar". Esas jornadas fueron uno de los espacios de crecimiento horizontal que construyó Pedro con otros colegas, para que todos pudieran conocer, investigar y saber más sobre la Patagonia. Recuerdo que nos divirtió una frase en medio de las últimas jornadas de Historia de la Patagonia, en septiembre de este año en Santa Rosa: "la dirección de un tesista o un becario debe ser holística", sentenció Pedro con seriedad. En ese momento sus tesistas presentes se rieron con ternura, pero sabían que quería decir y sentían sin duda que era así. D
ejar
crecer en libertad, así también lo hizo conmigo profesional y humanamente y lo hicimos con nuestros hijos juntos.
Terminamos nuestras tesis doctorales muy jóvenes en el año 1989 en la Universidad Complutense de Madrid, en Historia de América, porque estábamos convencidos que esa era la mejor plataforma para seguir creciendo, no para terminar una carrera. En esos tiempos se pensaba a la inversa. La formación en España le permitió encontrar una mirada general y de síntesis de los problemas históricos que siempre valoró. España lo des-centró para mirar América, le permitió trazar generalidades para comprender las particularidades. La mirada del "mundo colonial" le ayudó a comprender procesos históricos a través de los cuales las sociedades americanas se construyeron y también se auto destruyeron. El mundo de las ideas, de las representaciones, de las imágenes, que en ese momento circulaban tanto en la historiografía de Europa fueron claves en su formación y el proceso posterior de sus trabajos. Esa fue otra vertiente que nunca abandonó. Pedro amaba la filosofía y la leía con fruición. Siemp
re me
decía que sino podíamos partir de una base filosófica firme los historiadores no entenderíamos nada.
Así también miró la Historia de la Patagonia, como dice en su libro "descubriéndola como en círculos concéntricos", recorriéndola, conociéndola, enamorándose de personas, lugares, momentos, naturaleza. La opción por la Patagonia no fue académica sino un proyecto familiar de un espacio que él ya conocía y amaba y que quería hacerme conocer y amar a mí y lo logró. Después vino el enamoramiento por su historia y el descubrimiento de su potencial para investigar, saber y entender. Por promesas no cumplidas y vaya a saber porque mezquinos motivos que no vienen al caso, antes de entrar a la Universidad Pedro transitó por distintos caminos profesionales al llegar a Neuquén a partir de 1990: la enseñanza secundaria, la formación docente, los cursos de extensión, las charlas y las conferencias, la difusión en el Diario Río Negro que siempre le abrió sus puertas. Otras promesas y otros amigos sí cumplieron y acompañaron: Don Jaime de Nevares, Mario Gercek, las primeras personas que nos
dieron
trabajo sin conocernos.
Formó parte de la creación de un colegio secundario el CPEM 47 y amaba dar clases y tratar con adolescentes. Se encontró allí con un equipo de lujo que contuvo a chicos que nadie quería contener sino más bien sacarse de encima. Su directora Mabel Meglioli confiaba plenamente en sus ideas y sólo le decía: "Dale, adelante Pedrito". La formación docente fue un camino fecundo, Pedro siempre lo hacía pensando que esos futuros maestros podían ser los maestros de sus hijos, y pensando en los hijos de todos, ponía empeño en que esos estudiantes supieran transmitir contenidos correctos y amar a sus alumnos.
La docencia fue un aspecto que Pedro desarrolló siempre. De familia docente, llevaba en la sangre esa vocación. Disfrutaba preparando y dando clase y lo hacía con meticulosidad y rigor. Para él constituyó un desafió ser docente en la Universidad Nacional de Río Negro y lo hizo con seriedad y con la cercanía de sus ayudantes y alumnos. Siempre pensó además que el trabajo docente era un trabajo de equipo y un camino para formar a quienes lo sucedieran. Con los alumnos fue serio y meticuloso pero sobre todo justo. Esa imagen de seriedad inspiraba muchas veces un respeto lindante con el temor y Pedro se reía cuando su ayudante Inés Barelli y yo se lo decíamos. En su despedida, muchos de ellos estuvieron cerca y vencieron ese temor reverencial de las clases para acercarse a homenajear a su profesor.
Después vino la etapa del CONICET, las becas, la carrera y un momento de crecimiento vertiginoso y profundo. El CONICET le dio a Pedro la plataforma de crecimiento mas rica y fecunda, porque era un apasionado por la investigación científica. Pasabamos horas en los archivos, y esa labor por momentos detectivesca, lo llevó a encontrar documentos maravillosos que iluminaron sus ideas. Aun recuerdo en el Archivo de Indias cuando encontró aquella Memoria que se daba por perdida de Manuel Belgrano. Pedro hizo su tesis doctoral sobre el Consulado de Comercio y eso lo llevó a profundizar en su figura y encontrar aquella Memoria. Era un escrito sobre cuáles debían ser los pilares del desarrollo del territorio que se estaba forjando cercano a la independencia y un alegato encendido sobre los males de la corrupción política y económica. Recuerdo que la mayor preocupación de Pedro fue que esa memoria debía tener una difusión mas amplia que la académica y quien le abrió las puertas para e
llo fue
don Félix Luna en su revista "Todo es Historia". La divulgación histórica fue un camino que transitamos juntos y nos apasionaba, así nacieron "Confluencias: una breve historia del Neuquén" (2000), "Río Negro: mil voces en una Historia" (2001), "El Gran Libro de la Patagonia" (1997), "El Gran libro de la Provincia del Neuquén"(2001), "El Gran Libro de la Provincia de Río Negro" (2005) y el último que escribimos juntos "Los que llegaron primero" (2008) y nos quedó pendiente "Identidad y Memoria", fruto de un curso a compañeros docentes, que escribimos con nuestro querido amigo Mario Gercek y que ahora acompañándome en el dolor Mario me pidió que editaramos en memoria de Pedro.
La tarea del historiador o el oficio, como mas le gustaba decir, fue siempre una gran preocupación, porque él no podía separar ese oficio de las acciones coherentes y generosas de la persona que era. Recuerdo una de nuestras últimas discusiones sobre esa tarea. Discutíamos como encontrar el equilibrio entre la construcción de los marcos teóricos, las miradas historiográficas y las fuentes. Para Pedro este equilibrio constituía la esencia del oficio. Fue un debate enriquecedor y apasionado en el que sacamos varias conclusiones hasta que en un momento me dijo: "para un poquito, mira el atardecer en la montaña" y nos quedamos en silencio sonriéndonos, pensando cada uno como mezclábamos en nuestras vidas cosas tan afines y tan distintas.
Pedro tenía ese espíritu fundacional, le gustaban los desafíos y eso nos llevo a venirnos a Bariloche para empezar junto a queridos colegas y amigos la Universidad Nacional de Río Negro y el Instituto de Investigaciones: el IIDyPCa (Instituto de Investigaciones en Diversidad cultural y procesos de cambio). Claudia Briones y José Luis Lanata nos convocaron con generosidad y respeto. Pedro estaba fascinado, se cumplía un sueño siempre acariciado: el trabajo interdisciplinario. A pesar de su incursión por distintas disciplinas, Pedro fue siempre respetuoso de los saberes de cada uno de sus colegas, nunca pretendió convertirse ni en geógrafo, ni en antropólogo ni en filósofo, ni en historiador de la ciencia, o de la educación, sino trabajar junto a ellos. Perla Zusman fue su colaboradora y amiga en el campo de la geografía, disciplina que para Pedro, como para cualquier historiador era vital para el análisis científico. Claudia Briones, Diana Lenton, Walter Delrio le aportaron aq
uellos
debates que desde la antropología le permitieron sostener su cuestionamiento sobre el genocidio y las campañas militares en Patagonia. Tema que le preocupaba y que había logrado tensionar hacia el presente con el libro publicado en colaboración sobre los Pachil Antriao. Leonardo Salgado fue quien le abrió las puertas de la Universidad del Comahue y le permitió generosamente dirigir proyectos allí y aun mejor, forjar una amistad con él y con Pablo Azar que es indestructible. Desde la Historia de la Educación nuestro referente ha sido nuestra amiga Mirta Teobaldo, que además tuvo la generosidad y el empuje para ayudarnos a crear el Centro de Estudios Patagónicos (CEP) en la Facultad de Ciencias de la Educación, que nos recibió sin cuestionamientos y con generosidad. Pero estoy segura que fue con Paula Nuñez con quien compartía y debatía esa pasión por la interdisciplina. Paula es sin duda su discípula más fiel, la que me acompañará, si Dios quiere, a continuar la escuela de Ped
ro.
Si bien Pedro era un incansable explorador de distintos temas acerca de la historia de la Patagonia, fue el primero en sintetizar en el año 1999 su historia. En esa historia propuso una periodización novedosa que no dejaba de revisar constantemente, cruzando espacios y temporalidades que dieran consistencia a su planteo. Fue novedoso también insertar, como lo hizo, testimonios después de cada capítulo para dejar que los protagonistas hablaran por sí mismos. Sin duda, me parece que su "Historia de la Patagonia" marca un hito en la historiografía regional. Esa historia de la Patagonia, la continuamos juntos y escribimos hace dos años un nuevo libro "Patagonia: pasado y presente", que buscaba editor y aun no lo ha encontrado.
Después vinieron otros libros, dos de ellos fruto de aquellos proyectos con Leonardo Salgado "Patagonia, ciencia y conquista" (2004), "Paisajes del Progreso" (2007) y después "Memoria de los Gobernadores de Río Negro y Neuquén" (2008).En ellos Pedro inauguró un estilo, no eran solo una compilación, buscaba que tuvieran un estética y una presentación particular. Admirador de la obra del pintor neuquino Ramón Muñoz, le pedía reproducir en la tapa las obras que mejor plasmara la idea que desarrollaba el texto. Después Ramón Muñoz lo acompañaba en la presentación del libro con sus cuadros y a ello Pedro le sumaba un buen vino que compartía con los amigos.
Finalmente quisiera dirigirme a mis colegas chilenos. Ni bien pusimos un pie en la Patagonia, Pedro no dejó de mirar hacia el otro lado de la cordillera. Todo empezó con un breve artículo que se convirtió en el libro "Ciencia y política en la región norpatagónica: el ciclo fundador (1779-1806), que editó la Universidad de La Frontera (1994), gracias al vínculo que inició y continuó con Jorge Pinto Rodríguez. Ese vínculo se extendió hacia el norte y hacia el sur de Chile. Por un lado con sus amigos y compañeros entrañables de la Asociación Argentino Chilena, de la cual era vicepresidente, con quienes se juntaba a trabajar y disfrutar de la buena mesa. Luis Parentini, Eduardo Devéz, Pablo Lacoste, Leonardo León, Rafael Sagredo, entre otros muchos, y perdón por los olvidos u omisiones. Este año viajó varias veces a Chile y cada vez era para él una alegría y un enriquecimiento enorme. Sus compañeros de la Asociación le hicieron una mención especial por su empuje y aliento en el t
rabajo
binacional. La última propuesta de Pedro, en relación a sus colegas chilenos fue el "Taller binacional" del año pasado. Este taller nació como parte de un proyecto de investigación de la UNRN. Pedro convocó a trabajar a un equipo amplio y diverso en un trabajo de absoluta horizontalidad. El mismo me decía que se maravillaba como Adam Hajduk y José Luis Lanata, dos investigadores importantes, a quienes admiraba, aceptaran ser dirigidos por él y participaran en el Taller como uno más pero con aportes que le daban, sin duda a ese trabajo, la solidez que necesitaba. El Taller fue una experiencia de trabajo enriquecedora entre nuestros hermanos chilenos y los investigadores argentinos y abrió un abanico de colaboración, ideas, debates y cuestiones que habían quedado pendientes para el 2011. Si algo le sobraba a Pedro era esa enorme capacidad organizativa.
Toda esta larga introducción es para pedirles a los colegas chilenos, en nombre de Pedro que sigan adelante con esos proyectos, porque es un modo de honrar su memoria y su trayectoria. Como decía Pedro en el prólogo de su Historia de la Patagonia, "esta tierra bendita y fascinante, (.) nunca abandona al que la vio una vez, parece devorar a sus hijos", como lo hizo con él. Por eso es aquí donde descansa para siempre, aquí y en nuestros corazones.
Maria Andrea Nicoletti
Opinión / Correo de lectores
PAMI.Tras el dolor, la burla.
por Gladys Ovando
No pensaba tener la necesidad de volver a escribir una carta, pero mientras PAMI siga fu ...
Leer más
PANDEMIA DE LUCRO ¿Qué intereses económicos se mueven detrás de la gripe porcina?
enviado por Pablo Scotti
En el mundo, cada año mueren dos millones de personas víctimas de l ...
Leer más
LOS PIRATAS DEL PARANÁ
por carlos fernandez
LA GENTE DEBE SABER QUÉ ESTÁ PASANDO EN NUESTRO PARANÁ
Leer más
Pandemia de casinos
por: Emilse Erdozain
Vamos en violenta picada a un abismo, sin que nadie se percate de que el gobierno es ...
Leer más
Nuevamente victima del maltrato de obra en un salón. Por: Carolina Lockwood
por: Carolina Lockwood
De mi consideración,
Les escribo, a todos los medios posibles, porque n ...
Leer más
Derecho a réplica sobre la Solicitada del Partido Justicialista del día 29-07-0
Nos dirigimos a usted a raíz de la solicitada publicada en el Diario El Cordillerano por el Partido Justicialista el d&iacu ...
Leer más
La gripe se quedará varios años
por: Miriam Griffa
El ministro de Salud bonaerense advirtiò que habrà que acostumbrarse a la ...
Leer más
A 15 AÑOS DEL ATENTADO A LA AMIA - ACTO RECORDATORIO
por : COMUNIDAD ISRAELITA DE BARILOCHE - DELEGACIÓN DAIA BARILOCHE
ACTO RECORDATORIO &ndash ...
Leer más
Referencia al mapa de baches, o bien a los baches en si!
por: Marina Yael
Yo propongo, que en referencia al mapa de baches, o bien a los baches en si, si empezamos los ...
Leer más