La “Semana de la juventud” por Carolina Drexler

La “Semana de la juventud” por Carolina Drexler

La “Semana de la juventud”, que se lleva a cabo cada año en Bariloche, logra reunir a gran cantidad de chicos, provenientes de diversas escuelas, de diferentes realidades. Con una consigna diferente en cada oportunidad, incita a los jóvenes a reflexionar sobre varios temas sociales que, de una u otra manera, se relacionan con nuestra ciudad. Este año, nos reúne el tema de la diversidad cultural. Los stands que debemos armar deben transmitir algún mensaje sobre la “tolerancia”, los debates en los que tenemos que tomar posturas hablan acerca de lo mismo... Sin embargo, quisiera tomarme la libertad de plantear tres puntos en los que observo contradicciones dentro de esta competencia:
A) Se habla sobre la tolerancia, es decir, se nos invita a hablar de “tolerancia”. Entonces, ¿debemos tolerar? Es como un “no te aguanto, pero bueno...”. Se nos llama a tolerar las diferencias como si se tratase de un peso que tenemos que soportar. Ni en todo lo que va de la organización de la Semana, ni en los textos que nos han acercado desde el Consejo (que es el organismo que se encarga de la organización) se puede leer la frase “aceptar al otro”. Entonces, decía, desde el vamos hay una fuerte contradicción ya que deberían de señalarse la importancia y los beneficios que conlleva la diversidad, no hacer énfasis en que hay que cargar con ella y aprender a “tolerar”.
B) Por otro lado, así hablemos de “aceptación” o de “tolerancia”, hay ciertas competencias dentro de la Semana que parecen atentar contra estos mensajes. Me refiero, específicamente a los tres desfiles en los cuales se elige una “reina”, un “rey” y un “mariposón”. Primero, hay que señalar el carácter discriminatorio de esta última categoría, pero son las tres competencias, en realidad, las que presentan el mismo problema: tan sólo ayudan a legitimar estereotipos. Ninguno gana por sus valores humanos, o por su simpatía... ganan por su aspecto físico, el cual es evaluado según modelos que, como sociedad, consumimos constantemente por medio, especialmente, de la televisión. La mujer flaca, el hombre “carilindo”, el homosexual afeminado (llegando al extremo de vestirse como mujer para resaltar esto) son los tres estereotipos que compiten en la Semana. Se premia, de hecho, a quienes mejor puedan adecuarse a estos.
¿Acaso la existencia de estereotipos no es contraria a la idea de “diversidad cultural” que nos convoca este año? Y no solamente esto, sino que la recompensa va a ser para quien más se acerque a los modelos que, por otro lado, nos dicen que no debemos aceptar.
C) Más allá de lo que expreso en las líneas anteriores, que hacen que el mensaje de la Semana sea una hipocresía en sí mismo, queda por ver el tema de los debates que se organizan. En esta oportunidad hay dos temas que se nos proponen para que debatamos sobre ellos (“diversidad cultural” y “conservación de la biodiversidad”), llamándonos a que propongamos ideas y proyectos que se puedan llevar a cabo en nuestra sociedad. Entonces, como participantes, debemos proponer proyectos y enfrentarnos a un grupo que plantea otra cosa. A ver si entendí bien: todos proponemos ideas para mejorar nuestra ciudad, pero un grupo debe defender su proyecto ante otro grupo, aunque ambos traten de implementar algo beneficioso para la comunidad en general, o aunque uno de los dos crea ver, en la propuesta ajena, una mejor idea que en la propia. ¿Hace falta decir algo más respecto a esto? Ni “diversidad” ni solidaridad entre estudiantes de diferentes colegios para hacer un mejor lugar de la ciudad donde vivimos, tan sólo “COMPETENCIA” para ganar un premio, una recompensa (económica). Porque, en verdad, no importa mejorar a Bariloche, sino ganar en la Semana y tener nuestra cena de fin de año (?).
Esta es la “Semana de la juventud” desde los ojos de quien, siendo joven y parte de un grupo participante, decide quedarse al margen y no colaborar con la difusión de un mensaje hipócrita, tal cual lo veo en los tres puntos que planteo. La comunidad tiene la posibilidad de ser cómplice o crítica ante las incoherencias de esta competencia. Obviamente, quisiera hacer énfasis en esto: “desde los ojos de...”; es tan sólo un punto de vista, que quiero compartir.
Carolina Drexler
DNI: 37 124 373

Opinión / Correo de lectores