Murió Nelly Panizza, enorme ejemplo de perseverancia, solidaridad y amor

Murió Nelly Panizza, enorme ejemplo de perseverancia, solidaridad y amor

Bariloche la despide con lágrimas, aplausos y agradecimiento.
Ayer, alrededor de las 21 horas, falleció Nelly Panizza. Imposible definir en una nota todo lo que ella significó para Bariloche y puntualmente, para el barrio El Vivero.

Nelly era solidaridad, pasión y ternura, pero también perseverancia. Todo comenzó en el invierno del 95 cuando con un grupo de amigas, intentó llevar ayuda a un grupo de familias que vivía en la margen del arroyo Ñireco. Vio todo cubierto de nieve, gente aislada y mucho abandono, entonces decidió tomar la iniciativa de cambiarles el presente, y claro que lo hizo.

Había que abrir una calle, había que generar talleres, había que crear una escuela. Comenzó a realizar eventos solidarios y golpear puertas para conseguir los materiales para algo que sonaba muy descabellado.

 

Fue tanto el revuelo que armó que hasta el actor Paul Newman se enteró de su obra de vida y le hizo llegar ayuda.

Fueron muy duros los inicios, no tenían un peso y hacía lo que podía junto a su familia y algunas amigas, pero nada era imposible para Nelly, por eso finalmente el 14 de marzo del 2005 y luego de una década de trabajo incansable, llegó el momento de inaugurar la escuela pública de gestión social Kailén. Pertenece a la Asociación Civil sin fines de lucro Aldea Infantil, creada por Nelly para facilitar cada trámite al que debía enfrentarse.

No solo mejoró la calidad de vida de mucha gente sino que además, cambió la imagen de El Vivero, haciendo ver al resto de la comunidad que allí había gente de trabajo, con valores y ganas de crecer.

Ella era la cara visible de la Aldea, perseverante como pocas, siguió golpeando puertas para conseguir lo que se necesitaba y pocos se animaban a decirle que no porque ¿quién podía negarse a ser parte de un sueño?

Cada uno de sus cumpleaños los festejaba en la escuelita y muchos vecinos la acompañaban. Algunos de esos nenes y nenas de cuando conoció el barrio ya habían sido padres, incluso, abuelos. Tres generaciones la esperaban con abrazos y un enorme cariño.

Partió Nelly y ahora nada será igual, deja un vacío imposible de llenar y una obra que debe seguir adelante en su honor. Su ejemplo de vida tiene que mantenerse presente a lo largo de los años, poniendo en acción la solidaridad, el acompañamiento comunitario, la empatía y el inmenso amor que nos dejó.

Gracias por tanto querida Nelly, te vamos a extrañar.

 

Despedida

Quienes deseen despedirla y saludar a su familia, pueden acercarse hoy, domingo 23 de marzo de 16 a 20 horas, a la cochería de calle 25 de mayo 1041.

 

La del día