Las cosas están muy mal allá en el lejano oeste

Las cosas están muy mal allá en el lejano oeste

En referencia a la nota publicada por los guardaparques Ana Cendoya y Javier Gambeta la semana pasada en diversos medios de prensa, queremos brindar, en primer lugar, nuestro apoyo a esta nueva generación de guardaparques que accedieron a sus cargos por concurso de antecedentes, lo cual parece ser, por sí mismo, un problema para quienes están enquistados en funciones para las cuales no siempre están capacitados ni motivados. Que el saber moleste no es nuevo en ningún ámbito; que las ganas de trabajar y de cambiar viejas formas de gestión molesten, tampoco es novedad; pero que la molestia desate amenazas, persecución laboral y desprecio en el trato, sugiere que se estarían jugando intereses más allá de “diferencias de estilo” en la función o en el trabajo. Los intereses personales de ciertos empleados municipales del sector son un secreto a voces; los vecinos de la zona los padecen desde hace muchos años, “pero nadie puede hacer nada”, manifiestan, porque “esa gente está muy bien acomodada en el plantel municipal”. Es cada vez más evidente que el Parque se maneja como el negocio privado de algunos empleados que hacen y deshacen a su antojo, haciendo caso omiso, incluso, de las decisiones del Ente Administrador y su Consejo Científico Técnico asesor; para muestra, basta ir a ver las secuelas de la extracción de leña para el Plan Calor en Bahía de Los Troncos, a pesar de las recomendaciones….

La cantidad de robos a los visitantes (varios por día, en temporada) del Parque Municipal Llao Llao, nos muestran que ni el Estado municipal ni la Policía del sector están asumiendo sus responsabilidades. Sumado a esto, la actual desarticulación del Ente Autárquico Administrador del Parque; el incumplimiento con las partidas asignadas al Parque y al Ente; la falta de un director (del Ente) y de personal jerárquico (del Parque) con preparación específica en gestión de áreas protegidas evidencian el abandono y la poca consideración hacia ésta, que es una valiosa área natural dentro del ejido municipal, que pocas ciudades tienen el privilegio de albergar.

La zona oeste de Bariloche aparece como muy generosa en naturaleza, ¿será por eso que nuestros gobernantes creen innecesario preocuparse por su cuidado y sana gestión? Vale como ejemplo otra joya natural aún mayor, que son las tierras del Ejército, aún en estado de indefinición en cuanto a su destino, y también desatendidas por la gestión municipal en curso.

Como dijeron los guardaparques en su comunicado, todo lo concerniente a la generación y sana gestión de áreas protegidas, en un cajón. Esto, a menos que sean impulsadas y sostenidas por grupos de vecinos.

ASOCIACIÓN CIVIL ÁRBOL DE PIE

Asociación Árbol de Pie