Menos visitantes en Aconcagua

Menos visitantes en Aconcagua

Los argumentos son de lo más variados: desde la crisis mundial hasta la preferencia de los montañistas por picos asiáticos. Hasta principios de la semana pasada, 831 visitantes habían ingresado al Parque. Un recorrido imperdible por el pie del Coloso. La crisis mundial, los valores de los permisos que pueden resultar excesivos a los visitantes argentinos o, simplemente la predilección de los montañistas de todo el mundo por desafiar otros picos asiáticos han motivado que en lo que va de la temporada 2009-2010 en el Parque Aconcagua haya bajado notablemente el número de visitantes en comparación con el mismo lapso de la temporada pasada.

Incluso, y si bien no es una variable constante, guardaparques, guías y porteadores de los diferentes campamentos coinciden en que el total de visitantes para el cierre de esta temporada estará "muy por debajo" de los 7.000 que ingresaron durante la temporada pasada de continuar esta tendencia.

Desde el 15 de noviembre (inicio de temporada) hasta principios de la semana pasada, 831 personas habían adquirido permisos para trekking diario, corto, largo y ascenso. De ese total, en tanto, 364 personas ingresaron con intenciones de hacer ascenso, mientras que 286 con permisos de trekking corto, que incluye la vía de Confluencia y el mirador de Plaza Francia.


Motivos

Diego Ferrer, otro de los guardaparques de ese campamento (el primero del trayecto, ubicado a 3.400 metros sobre el nivel del mar

-msnm-) destacó que la merma de visitantes que ingresan por la Quebrada de Horcones también puede deberse a que son cada vez más los que lo hacen por la quebrada de Punta de Vacas "porque es una ruta menos impactada y la gente prefiere ese toque más de naturaleza".
Sin embargo, reconoció que la crisis y el aumento de cánones para los permisos pueden haber aportado su cuota en esta realidad, al tiempo que se refirió a la situación de temporadas anteriores. "Actualmente tenemos 23 carpas en Confluencia. Pero hemos llegado a tener 200, que ha sido lo máximo, hace dos temporadas", reconoció Ferrer.

Por su parte, Juan Herrera, guía de la firma Mallku con 23 años de guía y 30 ascensos a la cumbre, fue más allá y se animó a hacer una comparación de precios entre el Aconcagua y los picos asiáticos que tienen características similares.

"Si se compara el precio proporcionalmente con lo que sale ir a las cumbres asiáticas, donde es un poco mas caro, pero en vez de 20 días de permiso (la validez que tiene en el Aconcagua) tenés 2 meses, termina siendo más conveniente Asia, por desgracia", destacó el guía de 46 años.

En temporada alta (del 15 de diciembre al 31 de enero), los permisos de ascenso cuestan 600 pesos para los visitantes argentinos y 1.800 para los extranjeros.

El Parque desde adentro

Obtener un permiso para cualquiera de las cotas fijadas implica, de antemano, una infranqueable voluntad de caminar hasta que aguanten los pies. Es que, solamente desde Horcones hasta el primero de los campamentos -Confluencia- hay alrededor de cuatro horas caminando, trayecto que se transforma en tres horas al momento del retorno. Y es durante ese primer trayecto en el que uno va descubriendo y conociendo los puntos más importantes, desde las bases de la "filosofía de montaña" hasta el lenguaje con el que se manejan guías, acampantes y porteadores.

El tramo entre la Laguna de Horcones tiene postales de lo más variadas: desde un claro verde en el que los montañistas aprovechan para descansar un rato y alimentar a decenas de pájaros que se acercan sin temor hasta un puente colgante (que tiene aspecto más a hollywoodense que a rústico) que cruza el río Horcones y es parte de la herencia de la visita de Brad Pitt cuando filmó en el lugar la película ‘Siete años en el Tíbet'.

Inevitablemente, el nefasto fenómeno del calentamiento global ha dejado su huella imborrable en el parque. "Éste es un puente de nieve que, históricamente, se forma todos los años durante el invierno. En los últimos 20 años ese puente natural ha perdido 600 metros de extensión", explicó Juan Herrera, señalando un bloque de hielo ubicado sobre el Horcones. El glaciar de Plaza de Mulas, más cerca de la cumbre, también ha sufrido las consecuencias ya que en dos décadas ha perdido más de un kilómetro.

Los campamentos

"Confluencia es un campamento de aproximación por el que pasan todos. Funciona como filtro y podemos detectar o darnos una idea de quién puede seguir y quién es aconsejable que no lo haga", resaltó Gonzalo Araujo, uno de los guardaparques encargados del primer campamento.

Aquí reciben todo tipo de montañistas, desde profesionales locales y extranjeros hasta los "campingueros" -como se denomina en el lenguaje de montaña a los más inexpertos-.

Las opciones desde allí son dos: seguir por la ruta de ascenso que tiene como destino el segundo de los campamentos -Plaza de Mulas, a 4.350 msnm- o tomar para el mirador de Plaza Francia (4.200 msnm). "Mucha gente llega a Confluencia, va hasta el mirador de Plaza Francia para aclimatarse y al día siguiente parte a Mulas", destacó el guía Juan Herrera.

Plaza de Mulas es considerado el campamento base para quienes quieren hacer cumbre, y es donde suelen aparecer los síntomas para quienes no están preparados. Siguiendo la ruta de viaje hasta la cima, se encuentra el refugio Canadá (5.000 msnm), Nido de Cóndores (5.400 msnm), Berlín (5.900 msnm), Independencia (6.200 msnm) y finalmente el botín que todos anhelan, la cumbre, a 6.962 msnm.

"Lo más complicado suele venir después de Berlín. De Independencia hasta la cumbre hay nueve horas de caminata y hay que subir y bajar en el día", destacaron los guardaparques.

Cada cota cuenta con personal médico que se encarga de controlar a los escaladores, actuando además como filtros. "Los controles son a modo recomendatorio. Hay uno en cada campamento y es realmente destacable el buen trabajo en equipo que se hace entre guías y médicos. Eso hace que las cosas salgan realmente bien", destacó Verónica Rainone, médica de Confluencia.

fuente: http://www.larocax.com.a

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