El Aconcagua ya tiene su refugio “Elena” para emergencias

El Aconcagua ya tiene su refugio “Elena” para emergencias

En los días previos a Navidad el equipo de Heber Ferri ensambló el refugio de emergencias “Elena”, en Plaza Colera, a 6.000 metros de altitud, en el cerro Aconcagua (6.969), el refugio de montaña habitable más alto del mundo. La AAGM felicita y agradece a todos los que trabajaron y colaboraron en el emprendimiento, que sin dudas mejora la infraestructura en la montaña más alta de América.


La historia del refugio Elena, que recuerda a la alpinista italiana Elena Senin, fallecida en la cima del Aconcagua junto al guía de montaña Federico Campanini, en los primeros días del mes de enero de 2009, comenzó el 16 de septiembre del año pasado. El cónsul de Italia en Mendoza, Pietro Tombaccini y el canciller del Consulado Italiano en Mendoza, Daniele Delnevo se reunieron Mario González, guía de alta montaña y miembro de la AAGM para manifestarle el interés de la familia Senin en realizar una donación para construir un refugio que ayude en los rescates en la zona alta del Aconcagua.


En este primer encuentro y con la precisa explicación por parte del señor cónsul sobre el deseo de la familia de la andinista Elena Senin de donar un refugio que llevara el nombre de su hija y cuyo exclusivo destino fuera la atención de emergencias y operativos de rescate, se inició una serie de gestiones con la premisa que tanto el lugar para ubicar el refugio, como sus dimensiones y demás detalles sean consensuados con todos los actores del Parque Provincial Aconcagua.


Bajo esta normativa se realizó una convocatoria de opinión a través de envíos a más de doscientos correos electrónicos que cubrió a la mayoría de los guías de alta montaña, guías de montaña y trekking, porteadores, prestadores de servicios, etc.


También se mantuvieron variadas reuniones con la dirección de Recursos Naturales Renovables, con guardaparques y con la Patrulla de Rescate de la Policía de Mendoza.
Este gran foro virtual permitió llegar a la conclusión de varias resoluciones tomadas posteriormente respecto a la ubicación del refugio, a la forma de integrarlo a los operativos de rescate, a su reglamento de uso y al proyectista que finalmente construiría la obra.


El refugio fue construido en el campamento conocido como “Plaza Cólera” a 6000 metros sobre el nivel del mar, punto de encuentro de las dos rutas de ascenso más concurridas rumbo a la cumbre, lo cual permitirá en caso de necesidad de rescates y emergencias, poder acceder desde allí tanto a la Ruta Norte o Normal como así también a la cada vez más transitada Ruta del Glaciar de los Polacos que asciende desde Plaza Argentina por la cara Este del Aconcagua.
La búsqueda de posibles proyectistas fue algo dificultosa ya que los mismos tenían que cubrir no solo los aspectos técnicos del proyecto sino también conocer el terreno, las condiciones climáticas extremas, los tamaños de las piezas a transportar, la logística que este desafío requiere, los cortos plazos para trabajar en altura, el deterioro humano del trabajo a más de 6000 m.s.n.m y muchos otros aspectos imprescindibles para el logro del objetivo.
Sin embargo se recibieron seis proyectos que fueron profundamente analizados y para ello se contó con la invalorable colaboración de especialistas del Instituto Argentino de Nivología y Glaciología (IANIGLIA), responsables del Proyecto SIGMA en el Cerro Aconcagua y de la Universidad Tecnológica Nacional.


Los diferentes proyectistas propusieron las más variadas alternativas, desde un clásico pequeño refugio similar al existente en Plaza Independencia, pasando por un típico igloo esquimal, por un cilindro similar a un observatorio astronómico, -los dos construidos en plástico reforzado con fibras de alta resistencia-, dos propuesta de construcción metálica tradicional con cubierta de chapa con aislación especial poliuretánica, y por último un proyecto realizado con paneles de cámaras frigoríficas modular y de forma facetada para resistir los fuertes vientos de altura. Esta última alternativa, propuesta por el andinista Heber Ferri, también estudiante de ingeniería, fue la finalmente seleccionada.
Luego de tres meses de permanentes consultas, de avanzar en definiciones, técnicas, operativas, ambientales, normativas y de ejecución propiamente dicha, se llegó a la firma de dos instrumentos imprescindibles para el avance del proyecto; la firma del Acta Acuerdo entre el consulado de Italia en Mendoza como representante de la familia Senin y el gobierno de la provincia de Mendoza a través de la dirección de Recursos Naturales Renovables dependiente de la secretaría de Medio Ambiente y la firma del contrato de construcción entre el consulado de Italia y el señor Heber Ferri, proyectista, constructor y director del proyecto.


Posteriormente y anexo a estos dos esenciales documentos se confeccionó el “Reglamento de Uso” que permitirá que esta noble donación perdure en el tiempo y sea utilizada para el fin que fue concebida.
Durante la temporada 2009 – 2010 el refugio fue construido en la ciudad de Mendoza, transportado hasta el ingreso al Parque Provincial Aconcagua en camión, luego subido hasta Plaza de Mulas en el helicóptero contratado por la dirección de Recursos Naturales a la empresa Helicopters S.A y desde allí fue también transportado vía aérea hasta Nido de Cóndores a 5.500 m.


Las condiciones climáticas del mes de febrero 2010 no colaboraron para poder instalar el refugio en el lugar definitivo con lo cual se decidió cubrirlo con una gran lona a todos los paquetes que componían el refugio y dejarlo allí hasta el inicio de la temporada 2010 – 2011.
Se iniciaron las gestiones para la puesta en marcha de la ejecución en el mes de noviembre y se comenzó el operativo de transporte y armado final los primeros días de diciembre. En esta oportunidad y dado a que no se contaba con la seguridad de disponibilidad de horas de vuelo de helicóptero para el traslado, el consulado contrató un grupo de porteadores el cual fue coordinado por Martín “Fideo” Molina, guía de montaña y experto conocedor del Aconcagua para que conjuntamente con Heber Ferri, proyectista, director y ejecutor de la obra, realizaran la tarea.
Todas las piezas del refugio fueron trasladadas por Andres “El Sanjua” Alvarez, Luis Molina, Pablo “Winny” Ruiz, Marco Calamaro y Leo Tarditti de la Asociación de Porteadores de Aconcagua (A.P.A) y en el helicóptero de la empresa Helicopters piloteado por el experimentado y audaz Horacio “Duro” Freschi. El día martes 21 de diciembre llegaron todos los paquetes a destino y durante los días siguientes se comenzó con el armado. Por los dichos de Heber la naturaleza les brindó los mejores días que recuerda en Cólera lo que les permitió finalizar la construcción y el empircado perimetral en tan solo cuatro jornadas.


Heber Ferri contó para el armado con la colaboración de Matías Hidalgo, Facundo Juarez Zapiola y Franco “El Pigmeo”.
La concreción del armado de este refugio, -el refugio habitable más alto del mundo- fue producto en primera instancia de una noble donación de los padres de la andinista Elena Senín quien perdiera la vida luego de hacer cumbre en el Aconcagua y que ese gesto significará, no solamente que su nombre perdure entre las paredes de esta gran montaña, sino que permitirá dar protección y ayuda a quienes se encuentren en una crítica situación.
Posteriormente participaron muchas personas, empresas, organismos oficiales, profesionales, guías, prestadores de servicios del Parque Provincial Aconcagua, patrulla de rescate de la Policía de Mendoza, guardaparques, la Municipalidad de Las Heras, médicos del PPA, etc, y que gracias al desinteresado apoyo y al trabajo en equipo se logró concretar este importante desafío, un hito más en la historia del Aconcagua.
Quedan nuevos e interesantes desafíos para lograr posicionar al Aconcagua dentro de las montañas con infraestructura de servicio adecuadas a la importante demanda. Sin lugar a dudas una materia pendiente e imprescindible es la construcción de la Base Operativa Nido de Cóndores, un lugar que albergue en forma confortable y operativa a la Patrulla de Rescate, a los Médicos de Montaña y a los Guardaparques para que puedan desarrollar sus tareas de condiciones generalmente extremas sin sobresaltos ni riesgos innecesarios. Todo es posible cuando una decisión es apoyada y llevada adelante en equipo.

fuente http://www.aagm.com.ar

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