Marcelo Bragagnolo presenta “Antes de lo inesperado”

Marcelo Bragagnolo presenta “Antes de lo inesperado”

Poco más de media hora de be bop, en implícito homenaje a Duke Ellington y otros monstruos de los 50. Jazz de añeja estética, pero parado en el siglo XXI.

Terminar el año con un álbum en las plataformas digitales es un buen final. Sobre todo porque en realidad implica el comienzo de una serie de presentaciones, aunque todavía Marcelo Bragagnolo no haya cerrado fecha alguna.

Su creación lleva como título “Antes de lo inesperado” y reúne obras de su composición, inscriptas por el autor en las corrientes del be bop y el hard bop, es decir, unas de las épocas gloriosas del jazz.

The Bragas Experience “es una formación chica, quinteto o sexteto, sujeta a la dificultad que tenemos los músicos de mantener un plantel estable”, se disculpó el músico. El plantel “iba rotando de acuerdo a los que estaban disponibles en las distintas tocadas, con un formato de be-bop o hard-bop”, informó. “Es un subgénero dentro del jazz que se popularizó entre el 45 y el 55. Si las orquestas fueron una formación típica de los 30, estos vendrían a ser los pequeños combos de música que reemplazaron a las orquestas al finalizar la Segunda Guerra Mundial”, enseñó.

En definitiva, el colectivo “es sección rítmica básica: piano, contrabajo y batería, más dos caños. En este caso, trombón y saxo tenor, con la posibilidad de un saxo alto más, cuando llegamos al sexteto. Con seis músicos, podemos hacer un montón de barullo, aunque no deja de ser un grupo chiquito”, señaló el pianista y compositor. “El grupo es un vehículo para mis composiciones, lo armé para tocar las cosas que iba componiendo, influenciadas un poco por músicos de esa época: Duke Ellington, uno de los referentes del jazz más importante de la historia; Charlie Mingus, Thelonious Monk y músicos de esa línea, que se podría decir que es bastante negra”.

Hay que tener presente que “dentro del jazz, siempre hubo líneas más negras y más blancas, las últimas se relacionaron más con la búsqueda del contrapunto y otras cosas de la música clásica, y lo negro más al lenguaje del blues en sus diversas evoluciones”, comentó Bragagnolo. Su experiencia “empezó en 2015, cuando estaba viviendo en Buenos Aires. Se podría decir que yo soy de Bariloche, viví acá desde los 6 años hasta que terminé la Secundaria, me fui a Buenos Aires a estudiar música y a trabajar, pero en verano siempre venía”.

Ocurrió que “en algunas de esas venidas, desde 2010 en adelante, empecé a tocar con Remo Bianco, un saxofonista muy bueno, que ahora se fue a vivir a Brasil. Conocí un par de músicos y después los contacté en Buenos Aires. Así armamos el comienzo de esta banda. En enero de este año volví a vivir acá pero en invierno de 2018 ya había hecho una gira con Bragas Experience, versión barilochense, con los músicos que estoy tocando ahora: Diego Beveraggi y Santiago Rapoport. Tocamos en la biblioteca de Los Coihues, en Araucanía, en Raíces, en Culturica y en otros lugares de la escena cultural”, enumeró.

En reducto histórico

En cuanto al registro discográfico, “a fines de 2018 entré a grabar con los músicos con que estaba tocando en Buenos Aires, en Estudios Ion. Es un lugar que tiene su mitología porque ahí han grabado Piazzolla, el famoso disco de Toquinho, Vinicius de Moraes y María Creuza; cualquier cantidad de discos famosos… Elegí ese lugar porque me interesaba que el disco tuviera el sonido que se lograba en esas grabaciones de los años 50, cuando no tenían la posibilidad de grabar en un montón de canales, grabar y sobre-grabar y buscar la toma perfecta”.

Medio siglo atrás, “los cuatro o cinco músicos que grababan estaban obligados a grabar en una sola toma y si les gustaba, quedaba. No se podía cortar, pegar o regrabar algo. Esas limitaciones generaron un sonido que con todas las posibilidades de hoy, es muy difícil de emular porque suena muy cálido, con mucha vida. Eso es lo que da tocar todos juntos”, rescató Bragagnolo. “Si el baterista toca solo y después uno escucha esa grabación y toca arriba, para ir sumando por capas, queda muy prolijo pero para ciertos géneros, falta un poco de la vitalidad que se da cuando nos estamos mirando, cara a cara, en el estudio. Esa fue la búsqueda”.

Sin embargo, aclaró el mentor del asunto que “en el jazz siempre se graba todos juntos, pero por ahí te ponen al baterista en un pecera, un lugar aislado, con tomas aisladas para después trabajarlas en postproducción en el sonido. Yo no busqué eso, quería que estuviésemos todos juntos con poco microfoneo (sic) para tratar de lograr un sonido natural. Eso también hizo que estuviésemos mucho más cómodos grabando porque salvo que tengas mucha experiencia, la otra manera siempre es un poco incómoda y artificial”, insistió Bragagnolo, jazzero de convicciones claras.

Un homenaje romántico

La noticia es que “Antes de lo inesperado” ya está disponible. “En estos días lo voy a postear en las redes. Ya está en Spotify (buscar Marcelo Bragagnolo) y Youtube Music pero la gente no se entera, hasta que uno avisa”, razonó el músico, que también quiso dar a conocer la buena nueva a través de El Cordillerano. “Ese es un poco el carácter de la música, en un sentido un poco romántico: una especie de homenaje a una forma de grabar vieja pero con música hecha hoy por un compositor actual. Es lo que me interesó”, reiteró.

Si bien al momento de la charla no tenía la agenda afilada, “vamos a estar tocando”, anunció Bragagnolo. “Desde que volví, hemos estado atendiendo a las fechas que salían, preparando repertorio de esto o aquello, pero para esta música, hay que ponerse a ensayar porque los arreglos son particulares. En el verano vamos a estar tocando y tenemos la idea de incorporar estos temas al repertorio”, avisó el músico. Habrá que prestar atención a los anuncios.

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