Clics Modernos

Nuevas tendencias en decoración

Fotografía © Nicolas Pierry@homify.com.ar .

Las nuevas tendencias en decoración han abierto el juego a infinidad de ideas y estilos, capaces de amoldarse a las preferencias más diversas y los ambientes más disímiles. Sin embargo, todos tienen algo en común: tanto para un estilo souvage o para ambientes clásicos o los más despojados de estilo neotecno, la ambientación y decoración con cuadros y pinturas de distintas técnicas sigue siendo un opción efectiva y de alto impacto.
Es que un cuadro elegido adecuadamente puede definir en forma precisa y del modo más eficaz el carácter de un ambiente, al mismo tiempo que habla respecto de la personalidad y los gustos de los dueños de casa. Es importante tener en claro que una obra de arte no es un simple objeto de decoración: significa algo en sí misma, enriquece el espíritu y genera sensaciones. Tal vez por eso la mayoría siente gran temor a equivocarse al seleccionar cuadros: no es algo que hagamos todos los días e implica una inversión, que no siempre es astronómica, como se suele pensar.
Todos y cada uno de los lugares de una vivienda son propicios para ubicar cuadros, y son muchas las variantes posibles en la elección de cuadros modernos para el hogar, aunque los gustos más convencionales se inclinan por tener naturalezas muertas en el comedor, figuras abstractas en las bibliotecas y paisajes en el living.
De todos modos, es innegable que el espacio que permite ubicar obras de mayor envergadura –en calidad, tamaño y formato– es el living. Es el ambiente principal de la casa, el más amplio y además es un lugar social. En cambio, las habitaciones y los escritorios dan cabida a una elección más ecléctica. Los más selectos eligen colgar obras de arte en los dormitorios. Allí guardan imágenes vinculadas a lo privado, como los desnudos. Hay quienes incluso decoran con grandes obras de arte contemporáneo un baño o con creaciones seriadas una cocina o el comedor de diario.
Es que asociar cuadros es un desafío interesante. Hay que arriesgarse a jugar, proyectar e imaginar formas buscando un equilibrio casi perfecto. Para ello, actualmente se producen obras en dípticos, trípticos y en hasta cinco piezas muchas veces con diversidad de tamaño, de modo que se produzca al mismo tiempo un juego plástico de orden escultórico o arquitectónico.