Murió Daniel Rabinovich:Un grande del humor argentino

Murió Daniel Rabinovich:Un grande del humor argentino

"En un ratito viene”, dice su mujer Susana. Diez minutos más tarde aparece Daniel Rabinovich, que luce relajado, descontracturado y llamativamente locuaz. Invita con un café y cuenta que arrancar el día haciendo gimnasia y yoga –motivos de la demora– fue una de las mejores decisiones que ha tomado a nivel personal. “Medito, hago respiraciones profundas, elongo, complemento con un poquito de gimnasia”, dice el más carismático y payasesco de Les Luthiers.
Cuenta Rabinovich que, junto a su mujer, se fueron a Salta y a Punta del Este, lugares que les permitieron desenchufarse y recargar baterías para retornar –él, claro– con todo a los escenarios. Hay viajes previstos de cabotaje a Salta y Tucumán, y al exterior, a Paraguay y Bolivia, además de una gira por España. Para las funciones criollas, Les Luthiers realizará Chist!; para las for export, Lutherapia.

Hace unas semanas cumpliste 70 años. ¿Te bajonea, te alegra o te resulta indiferente?
No me lo recuerdes, por favor (se ríe). Hablando en serio... Me siento con mucho ánimo, estoy pasando un buen momento y creo que si bien es “un numerito”, hoy se ha prolongado la vida y podemos seguir plenos unos cuántos años más.

Pese a que están llevando a escena dos obras (Chist! y Lutherapia) que tiene recontrasabidas, Daniel dice que luego de la entrevista tiene que “estudiar”, que es necesario hacer instrumentación, repasar la letra, afinar la voz. “Los cinco lo hacemos, cada uno por su lado, y cuando nos encontramos, hacemos el ensayo general”, asegura.

¿Ha batido un huevo?, Les Luthiers

¿Qué virtudes mantienen la solidez de Les Luthiers a 46 años de su creación?
Nada del otro mundo. Somos los cinco seres pensantes, inteligentes, solidarios y contamos con sentido común. Es un grupo de gente grande en todos los sentidos. De amigos-hermanos que hemos recorrido toda la vida juntos y nos divertimos cantando y actuando. No está nada mal como estilo de vida...

¿Son amigos que dependen del otro para seguir laburando?
Es así, sabemos que sin el otro no podemos. Y nos reelegimos una y otra vez porque, ante todo, nos queremos. Tenemos reglas de comunidad que cumplimos a rajatabla.

¿Cómo es el delicado tema de la toma de decisiones en un grupo así? ¿Rige la total democracia?
Absolutamente. Se votan las cuestiones y gana la mayoría. En lo artístico, de cualquier manera, intentamos que el voto sea unánime. Es mucho mejor “cantar” cinco a cero que tres a dos.

"El merengue (Esther Píscore)", Les Luthiers

¿Cuánto dificulta que algún “luthier” esté bajoneado o en otra sintonía?
¡Un montón! Cuando ocurre, rara vez es preocupante, por eso cuidamos el culito de cada uno para seguir viviendo del juego y la inventiva, que no merecen ser maltratados. Fomentamos el desarrollo de cada uno como individuo. Todo lo que hacen mis compañeros paralelamente a la actividad grupal nos enriquece a los cinco.

¡Qué generoso en elogios estás!
Sí, no sé qué me pasa (se ríe). Pero de verdad creo que lo merecemos. Formo parte de un grupo valioso por donde se lo mire, y a nosotros nos ha hecho tener una existencia plena, disfrutando, viajando y viviendo de un material tan necesario y noble como la risa. Me he vuelto el fan número uno...

Envidia, pero sanísima
Escuchar a Daniel Rabinovich causa admiración, sana envidia y también permite sacar algunas conclusiones: la primera, la más importante, que Les Luthiers está más unido que nunca y que hay grupo para rato. “Sería absurdo que no fuera así, a todos nos pagan por cantar y divertirnos con amigos”.

¿Cómo es la relación con el público argentino?
Es muy buena y fluida y se nota que tienen ganas de vernos. De hecho, nosotros vamos a lugares donde la gente nos pide. No caemos en Salta o en Tucumán de sopetón…

Otra de tus pasiones es escribir. ¿Cuán diferente es el Rabinovich que se sube al escenario del que se sienta frente a la pantalla?
La escritura me brinda más poder y mucho placer... Digo poder porque no tengo que discutir con nadie lo que se me ocurre. La soledad de la escritura es completamente diferente al escenario de mi grupo. En mi computadora no hago humor, prácticamente nunca. Y no debo compartir decisiones, soy yo solito.
La escritura es una pasión que apareció después de los 50…

¿Cómo fue que se dio?
Viste que no hay edades para que se despierten las pasiones... En mi caso se debió a un suceso lamentable, a partir de un hecho triste y violento que viví cuando me robaron en mi casa. Ese fue un disparador para empezar a encerrarme y escribir. Una catarsis.

Juan José Campanella contó que su próximo proyecto los involucrará a Marcos Mundstock y a vos, los pilares de Les Luthiers…
Sí, estamos charlando un lindo proyecto para hacer con él, que es un grande. Todo empezó con un llamado de Marcos: “Che, Daniel, tenemos que hacer una película”. Me sorprendió, lo invité a casa y fue clarito: “Una película con nuestros personajes de Les Luthiers”. Y bueno, él fue avanzando en el guión y nos contactamos con Juan José, que se enganchó con la idea… Tenemos un par de reuniones pendientes.

¿Sobre qué tratará la historia?
Será un thriller cómico con guión de Mundstock, en el que dos investigadores chantas, que somos nosotros –algo que nos sale bastante bien–, van detrás de un asesino. Puede ser interesante, ¿no? •El más gracioso de los integrantes de Les Luthiers habla de la amistad y el respeto, los nuevos proyectos y de esa fórmula mágica que inventaron para vivir del humor y la música hace casi cincuenta años.

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