Erradican el nombre del genocida Roca en una calle de El Bolson

Erradican el nombre del genocida Roca en una calle de El Bolson

Un grupo de vecinos autoconvocados para erradicar nombres de genocidas de los espacios públicos, realizó el jueves 25 un cambio de nombre simbólico a lo largo de la calle Roca, de El Bolsón. La actividad provocó una gran reacción en los conservadores del pueblo.

Por UnTER El Bolsón

Desde las 13 se empezaron a concentrar los militantes sociales en la esquina de la plaza Pagano, frente a la oficina de Turismo.

Con prolijas calcomanías, más de 50 personas acompañaron la actividad en la cual se taparon los carteles indicadores de la calle que hacían alusión al genocida Julio Roca, poniendo por sobre el antiguo nombre el reivindicativo en mapuche “ Marichi Weu ” (en mapuzungún: diez veces venceremos).

Vecinos y turistas, entre complacidos y sorprendidos, apoyaron espontáneamente la iniciativa con aplausos y repitiendo a viva voz “Marichi Weu”.

En muchas otras oportunidades, desde diferentes grupos sociales de la localidad, se pidió y promocionó el cambio de nombre de la calle.

Esta vez se decidió optar por la acción directa, y dejar de esperar que el gobierno municipal se “tome la molestia” de analizar la ofensa que significa el nombre Roca para los pueblos originarios y los que aman la vida.

“Marichi Weu es símbolo de los cambios que recién comienzan, tenemos que seguir luchando para lograr que no haya ni una sola calle que reivindique a los asesinos de nuestra historia”, opinaron dirigentes de la Unter local.

Cuando el fascismo se saca la careta

Apenas 24 horas después del acto simbólico por el cual se cambió el nombre de “Roca” por el de “Marichi Weu” (diez veces venceremos), una cuadrilla de la municipalidad de El Bolsón ya estaba quitando los nuevos carteles, para así restituir el orden. Poco les importó a las autoridades municipales la adhesión espontánea de vecinos y turistas, que festejaron la acción reivindicativa de sacar el nombre de un genocida de los espacios públicos. Como el contingente que bajó del micro a manifestarse a viva voz: “Este grupo de San Andrés de Giles (provincia de Buenos Aires) apoya totalmente lo que están haciendo ustedes”. O como un matrimonio, del conurbano sur, que no preveía que su paseo por la comarca tendría el aditivo de una gratificación política, porque, como todos los que estábamos ahí, sentían un profundo asco hacia la figura de ese general que exterminó a miles de aborígenes, quitó a los niños de sus madres y redujo a la servidumbre a varios miles más, con el fin declarado de robarles las tierras.

No les importó. Es curioso, porque el año pasado, al recordarse los 30 años del último golpe de estado, esos mismos funcionarios, como la concejala Cecilia Gori y el intendente Oscar Romera, participaban de un acto oficial, aparentemente muy conmovidos por la gran herida que legaron al pueblo de este país dictadores como Videla, Massera y Galtieri. Quizás, sencillamente, se trataba de una patética dramatización, acorde a la gran puesta en escena del proyecto transversal de los K. Es lo más probable. Porque si el genocidio les conmoviera realmente, los mandatarios municipales se hubiesen puesto inmediatamente a trabajar para erradicar el nombre del genocida Roca de este pueblo.

No lo hicieron, porque esta gestión municipal quiere que la calle siga llamándose Roca. “Porque lo que ellos hacen es un delito”, dijo una concejala que cobra dos sueldos refiriéndose a nuestro acto simbólico. (No nos asustan sus categorizaciones, señora, sabemos perfectamente que la ley se define por la fuerza y no por un sentido auténtico de justicia; si así fuera, los huesos infames del asesino Julio Roca aún estarían cumpliendo condena en un oscuro calabozo.)

Tampoco nos asusta (y mucho menos nos sorprende) que una página de internet local haya calificado nuestro acto de “inusitado vandalismo”, glorificando, de paso, la figura de ese “prócer” que asoma su calva viril en los billetes de 100 pesos.

¿Qué se puede esperar de un medio que no cuenta con ningún periodista, cuyo único trabajo consiste en levantar gacetillas y publicar notas chivo? Un medio que publica artículos de opinión de Bernardo Neustadt, uno de los máximos voceros de la oligarquía nacional, nada más lejos de los intereses del pueblo. Un medio atestado de propaganda política de Alberto Rodríguez Saa, heredero de una forma de entender la administración pública como la gestión a favor de los monopolios y el enriquecimiento ilícito, que bien supo enseñar el ex presidente Menem.

Y bien, los facistas se han sacado la careta. Mejor. Que la gente los conozca. A nosotros ya nos conocen, porque lo que hacemos lo hacemos a cara descubierta porque no tenemos que esconder nada. Les toca a ellos. Que muestren bien la cara, así cuando la gente los ve por las calles puede decir “ahí va ese facho de mierda”. Nos quedamos con la satisfacción de saber que somos muchos los que no queremos ver más en nuestros espacios públicos el nombre de ese genocida de corte prusiano (porque oligarcas como él siempre detestaron ser latinoamericanos). Ni el de ningún otro verdugo de la humanidad.

Nos quedamos con la misma satisfacción de unos vecinos, que salieron de de sus casas para exclamar “Al fin sacan el nombre de ese hijo de puta”. Nos quedamos con ellos, que ahora quieren que se oficialice el nombre Marichi Weu, diez veces venceremos. Nos quedamos con ellos, del lado del pueblo.

Pueblo Mapuche