La Fiesta de la Tradición en Villa Los Coihues convocó a cientos de vecinos

 En Villa Los Coihues se realizó la cuarta Fiesta de la Tradición y la Diversidad Cultural, organizada por el Club Social, Cultural y Deportivo de dicho barrio.

Por Susana Alegría
salegria@elcordillerano.com.ar

Se trató de una verdadera fiesta para la familia, con el acompañamiento del Sol durante toda la jornada, se pudo disfrutar tanto de los espectáculos musicales y de danza en vivo como de cada uno de los stands.

La celebración comenzó alrededor de las 13 horas con la entonación de las estrofas del Himno Nacional Argentino, seguido del izamiento de la bandera. Y con palabras alusivas de parte de los organizadores, se dio comienzo a la fiesta.

Los espectáculos

El coordinador de todo lo que ocurrió en el escenario fue Sergio Coronel, quien comentó a El Cordillerano que “fueron muchos los amigos que aceptaron la invitación y así logramos entre todos que sea una hermosa fiesta”. Quiso agradecer especialmente a la gente de Los Pirinchos en cabalgatas, a la junta vecinal, a la escuela 324, a la Municipalidad de San Carlos de Bariloche y a Bomberos Melipal, quienes cuentan con un destacamento en la Villa y estuvieron presentes.

El primero en regalar su arte al público fue Eduardo Andrade y Gustavo. A las 15 horas llegó el rock nacional de parte de Bocina de Avión y luego el cantautor patagónico José Antonio Salas.

En cada intermedio, mientras se preparaban los equipos para la siguiente actuación, en el centro del predio realizaron juegos para los chicos, donde todos querían ser partícipes, con premios de alguno de los puestos de venta.

Lorena Meliqueo y Jesús Yones se lucieron con las danzas folklóricas y luego, el hombre demostró sus habilidades con el malambo sobre las tablas, siendo muy aplaudido por el público.

El canto de Marité Trigo fue precedido por Lina y Fernando con zambas y gatos. La Simple con más folklore y luego La Posta de Eduardo Lobos.

Trilogía Viajera y parejas del Ballet Tolkeyén y el blues de Miguel y Pancho fueron otros de los números musicales que se apreciaron durante la tarde.

El Ballet Patriada, de Gastón Bonetti, anunciaba lo que sería el gran final con el grupo local Mandale Cumbia, como broche de oro con baile de la gente.

Los Payamédicos también se acercaron a participar de los juegos y actividades con los más chiquitos de la familia.

El Club

Marcela Cañás es integrante de la Comisión del Club de Fútbol que organizó la fiesta, en estos últimos tres años, como Asociación Civil Deportiva. “Hace más de dos meses que estamos trabajando para que todo salga bien, la idea es que no se maneja dinero”. Se refiere a que para adquirir productos en cada stand, uno debía consultar el precio y luego ir a una caja única a pedir un ticket por ese importe. Finalizada la jornada, de lo vendido por cada uno, el 20 por ciento quedaría para el club organizador y el 80 restante para cada puestero.

“Con ese dinero vamos comprando durante el año la indumentaria y elementos que necesitan los nenes para seguir jugando en el Club de Fútbol, en realidad, aportan privados e instituciones del barrio, pero todo vuelve a los chicos” apuntó.

Pequeños futbolistas

El club reúne a niños que van desde los 5 a los 12 años, la jornada coincidió con la participación de algunos en un torneo, por lo que no pudieron estar todos en la fiesta.

Manuel Chicaval es el presidente del club, que actualmente cuenta con más de 50 chicos en sus distintas categorías. “Es una alegría para nosotros que cada día seamos más, nos cuesta mucho el día a día pero verlos en el deporte justifica todo el esfuerzo”, relató.

No cuentan con un espacio cerrado donde entrenar por lo que durante el invierno, les ceden un lugar en la Nueva Escuela Rionegrina 123 (en el Cruce) y hasta allí van los pequeños, generalmente caminando, para poder entrenar. Cuando hay buen tiempo hacen la preparación física y prácticas en el predio donde se realizó la fiesta, junto a la escuela 324. “Es un gran sueño que las autoridades correspondientes, nos acondicionen un poco este lugar, por ahora hay muchas piedras y polvo pero es lo único que tenemos”, aclaró. “Lo que pedimos es para nuestros chicos, no para nosotros”.

Ni siquiera cuentan con una oficina donde reunirse, por lo que se van juntando en distintas casas de vecinos, de acuerdo a la predisposición u ocupaciones de las familias, pero en ninguna de ellas, entran todos al mismo tiempo. “Todo es a fuerza de pulmón y eso a veces desanima, pero seguimos adelante”.

Tradición sin caballos, no es tradición

Generalmente cuando se habla de una fiesta de la tradición, de manera inmediata viene a la mente la imagen de jineteadas o actividades con caballos. Los amigos de Los Pirinchos sumaron hermosos animales, para que por solo $20, quienes desearan, pudieran realizar paseos por las calles de la Villa, siendo los chicos, los que más se interesaron por esta actividad.

Los puestos

Rodeando el predio de la fiesta, se habían ubicado diversos stands con venta de productos, como plantas, ropa, artesanías, juegos en madera y obviamente, la gastronomía típica como choripanes y hamburguesas caseras con salsas a elección. En las mesas de dulces, como no podía ser de otra manera, se ofrecían licuados de frutas de la zona, tartas, tarteletas con frambuesas y frutillas o jugos naturales. Una variedad gastronómica a muy bajo costo, facilitando que todos pudieran acceder a lo que más le llamara la atención.

Una hermosa fiesta familiar, colaborando con cada uno de los feriantes pero básicamente, con los más chiquitos del barrio que se desenvuelven en el fútbol, una iniciativa que vale la pena resaltar.