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El CRIP contiene, brinda talleres y es un espacio para no videntes y personas con visión disminuida

 El Centro de Rehabilitación Integral Patagónico (CRIP) está realizando una muestra en el SCUM de calle Moreno y Villegas. Allí se pueden ver las obras de arte realizadas alumnos ciegos o con disminución visual severa.

Por Susana Alegría
salegria@elcordillerano.com.ar

El Cordillerano dialogó con Bárbara Battistiri, una de las docentes de la asociación, con la psicóloga Cecilia Aladino y dos de las alumnas, Mercedes y Carmen.

Se trata de una asociación civil sin fines de lucro que desde hace 22 años se dedica a la atención y rehabilitación de las personas con ceguera o disminución visual, dentro de ese marco dan distintos talleres, braille, computación, pintura, natación, expresión corporal, masajes, manualidades y actividades de la vida diaria, que suman herramientas para mejorar la calidad de vida tanto de la persona como de su entorno familiar.

Bárbara detalló que “en actividades de la vida diaria vemos el tema movilidad, cómo manejarse en la vía pública y la utilización correcta del bastón, siempre el eje es que logren su independencia”.

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Pueden sumarse

A todos estos talleres que brinda el CRIP de manera libre y gratuita se pueden sumar en cualquier momento del año, la sede funciona en una pequeña casita de calle San José 66 en el barrio Ñireco (apenas entrando por la calle de Zoonosis). Cuentan con un plantel de ocho profesores y aproximadamente 30 alumnos.

“Es básicamente un lugar de encuentro social donde ellos comparten actividades con sus pares, con dificultades similares y en realidad los docentes somos los que más aprendemos en todo el proceso”, remarcó.

Carmen hizo masoterapia, aromaterapia, gimnasia, yoga y pintura, en la muestra se pueden ver algunas de sus obras, “los viernes tenemos encuentros con la psicóloga por lo que nos sentimos muy contenidos”, comentó. “A mí personalmente me ayudó a seguir adelante, levantarte una mañana y de golpe sentirte muy rara porque te chocás con todo es muy fuerte, nunca supe que tenía presión ocular alta así que fue todo de golpe”, reconoce que además su problema de salud es genético.

Mercedes por su parte asiste al CRIP desde hace más de diez años y participa de la mayoría de los talleres, “gracias al CRIP pude terminar mi secundario y hacer muchos cursos”. Ella tiene cien por ciento de ceguera porque tuvo meningitis cuando era pequeña, lo que le atacó el nervio óptico.

Cómo es para un no vidente vivir en Bariloche

La falta de empatía a nivel social o institucional, hace que uno jamás se ponga en el lugar del otro, para una persona no vidente, circular por las calles de la ciudad es prácticamente imposible, pero de todas maneras, lo hacen. “Solo dependo de la solidaridad de la gente, porque sinceramente tenemos todo en contra, empezando por el estado de las veredas que es desastroso”, dijo Mercedes. Marcó la diferencia comentando que “en San Martín de los Andes por ejemplo, me muevo muy bien sola, pero acá eso no sucede”.

Un simple desafío es vendarnos los ojos, tratar de salir de nuestros hogares y llegar a las calles céntricas, solo eso.

Una sociedad que no ha incorporado el braille

Nuestra ciudad prácticamente no cuenta con un servicio que haya incorporado el sistema braille. “Son muy pocos los restaurantes que tienen una carta para que podamos leer, los carteles de la parada de micros los habíamos hecho en el CRIP, son de recorridos que ya no se utilizan pero además, la gente los rompió apenas los pusieron”, dijo Mercedes.

Uno de los servicios pagos que presta el CRIP es precisamente la realización de carteles en braille, Parques Nacionales en algún momento hizo una campaña con cartelería y cartografía. Cualquier empresa o institución puede solicitarlo pero Bárbara se lamentó diciendo “es muy raro que nos encarguen esos trabajos, tengamos en cuenta que la discapacidad en general sufre de una desidia muy grande”.

Cuesta pedir ayuda

Cuando una persona tiene un problema de disminución visual o ceguera, no pide ayuda de manera inmediata. La psicóloga acerca de esto explicó “en parte es por desconocimiento, no sabe los lugares con los que cuenta en Bariloche para que lo ayuden, acompañen o contengan”. “Son pocos los que saben que en Bariloche hay un centro de rehabilitación para ellos, el CRIP es un servicio gratuito para toda la zona, por eso la difusión es muy importante”. Esa difusión también pueden continuarla los vecinos de la ciudad que conozcan a un no vidente y le cuenten de este espacio con el que disponen.

Otro de los motivos que adujo la profesional es el miedo, “a la persona que tiene esta problemática le cuesta tomar conciencia plena de lo que le está pasando y de aceptar la ayuda que se puede brindar, por eso el primer estadio es el aislamiento y la tristeza”. Es un proceso muy duro pero poco a poco van aceptando lo que les sucede, pero esa apertura también cuesta mucho a la familia que lo rodea. “Para mucha gente lo que pasa dentro de un hogar debe quedar ahí y eso juega muy en contra de mejorar la calidad de vida”.

Cecilia Aladino realizó una invitación “queremos que sepan que estamos esperándolos, hay un grupo humano muy lindo y sólido que no juzga, solo recibe con los brazos abiertos a cada nuevo integrante”.

Sueños pendientes

Dentro de los proyectos que aún ven como sueños, está la ampliación del espacio con el que cuentan. “Si contáramos con más lugar podríamos sumar talleres”, contó Bárbara. Otro de los puntos de importancia es que ellos dependen de un subsidio de Provincia, “el tema de los sueldos de los docentes estaría buenísimo que funcionara por un canal con mayor fluidez, donde no haya que estar remándola todo el tiempo”.

Se puede colaborar con insumos

Todos los materiales que utilizan en los talleres llegan al CRIP por medio de donaciones y otros, por medio de eventos que realizan, “todos los meses hacemos un té solidario en el Casino para juntar fondos, para que la casita se pueda mantener sola, hay algunos benefactores que colaboran con dinero”.

De lunes a viernes pueden acercarse al CRIP, de 13 a 17 horas, aceptan de muy buen gusto papeles, maderas para enmarcar, pinturas, pinceles y todo lo que sirva para los talleres de arte. También por medio del SICEI, (Sistema de Cobranzas a Entidades Intermedias) es un sistema de la CEB por el cual las entidades pueden realizar la cobranza de aportes voluntarios, cuotas o servicios, a través de un resumen adjunto a la factura de energía eléctrica.

La muestra

En la exposición que está abierta al público en el SCUM se pueden ver maravillosas obras realizadas con diferentes materiales y técnicas, lanas, plástico, madera. Cuadros, paneles, imitaciones de vitrales, cajas, marcos de espejos y pinturas muy originales. Todo lo exhibido está a la venta y ya hay muchos carteles de “Vendido” al costado de los trabajos, lo que demuestra la calidad y el buen gusto que prima en cada uno de ellos. Está presente el arte religioso con iconografía bizantina, coloreado con piedras naturales; se dice que los íconos no se pintan sino que se escriben porque son oraciones hechas con las manos y esa es la energía que irradian.


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